- La edición incluida en la colección ‘Pensar Canarias’ se presenta el día 29 de enero, a las 20:00 horas, en la Casa de Colón
Las Palmas de Gran Canaria, 27 de enero de 2020.- El Departamento de Ediciones de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario presenta en la Casa de Colón, el día 29 de enero, a las 20:00 horas, el último volumen publicado en su colección ‘Pensar Canarias’ titulado ‘La Escuela Luján Pérez’. La citada obra revisa de la mano del historiador del Arte y actual director de la Casa-Museo León y Castillo de Telde, Franck González, el manifiesto literario elaborado por Felo Monzón en agosto de 1954 con ocasión de una conferencia que impartió en El Museo Canario, en la que se refirió al mencionado centro considerado como un espacio de creación de referencia del primer periodo del arte de vanguardia en Canarias.
Se da la circunstancia de que la edición del citado título se pone en circulación coincidiendo con la clausura de la exposición antológica denominada ‘Cita a ciegas con la Escuela Luján Pérez’ con la que el Cabildo de Gran Canaria, a través del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), ha rendido tributo a la célebre Escuela Luján Pérez con motivo de su centenario. La exposición ha sido considerada como una de las más importantes realizada hasta el momento sobre artes visuales del siglo XX en Canarias.
La citada obra, séptima publicada en la citada colección, ofrece a lo largo de 80 páginas abundantes fotos del periodo en que Felo Monzón dirigió dicha escuela durante su larga trayectoria como responsable de la misma entre 1957 y 1989. Como señala González, la imagen que de la Escuela Luján Pérez como centro de arte libre sigue guardando hoy la sociedad isleña, se fundamenta esencialmente en el manifiesto que Felo Monzón defendió en 1954 en el transcurso de la conferencia ‘La Pintura Moderna’ impartida en El Museo Canario.
Según recuerda el historiador y autor del texto introductorio del libro “Felo Monzón comenzaría a frecuentar la Escuela en 1925 –con apenas quince años-, aunque no será hasta que termine el bachiller y abandone su futuro como médico -en 1928-, cuando se convierta en un asiduo de aquellas paredes. En torno a él llegará, ya en la nueva sede de la Escuela en la calle de San Marcos, entre 1928 y 1934, lo que hoy todos reconocemos como los iconos de la Escuela: Placido Fleitas, Jesús Arencibia, José Jorge Oramas, Abraham Cárdenes, Emilio Padrón y Rafael Clares”.
González, que estima que todos ellos jugarán un papel decisivo en el arte en Canarias durante la Segunda República, contextualiza en su introducción las intenciones de Monzón al pronunciar su discurso en El Museo Canario, que ya consideraba que “la Escuela se había quedado anclada en unos postulados noucentistas, novorrealistas e incluso postnestorianos que habían jugado su papel durante la Segunda República”.
“Si Felo quería salvaguardar el legado de la Escuela -y con él, el suyo propio- debía “construir” una historia. Una historia que, necesariamente, no podía ser la historia real, aquella que sucedió durante los años oscuros en los que estuvo en un campo de concentración. Ni aquella contra la que había estado luchando los últimos cuatro años, la de una Escuela anclada en el pasado varada en un diminuto local del Marino Club de Fútbol, en los bajos del Estadio Insular. Con estos mimbres dictará su conferencia ‘La Escuela Luján Pérez y el Arte Moderno’ en 1958”.
“Uno de los elementos que hace esta conferencia tan singular en la historia del arte en Canarias es que en ella Felo renuncia públicamente a lo que entonces se conocía como ‘Nueva Plástica Canaria’ -lo que luego sería conocido como ‘Indigenismo’- y abraza la abstracción”, escribe González. Para el historiador Felo Monzón “funda una corriente de lectura que permite perpetuar la imagen de identidad entre la Escuela y la vanguardia por un lado, y la Escuela y la canariedad por otro. Con estas premisas Felo depura la esencia de la Escuela a la expresión de un sentimiento libre de búsqueda”. Además, el relato de Monzón contaba con un factor que habría de garantizar la pervivencia de la Escuela hasta nosotros: su capacidad para integrar nuevos nombres al discurso, como el de Antonio Padrón.
El discurso de Monzón, según estima González, se incorpora, tras la democracia, a la historia del arte canónica en exposiciones como ‘El Museo Imaginado’ (CAAM, 1991). “Un discurso que ha seguido contando a lo largo de estas últimas décadas con una vigencia ciertamente sorprendente. “De una manera u otra, gran parte de la creación isleña de las últimas décadas se vehicula a través de la Escuela y de Felo” que, además de constituirse en uno de los escasos ejemplos de artistas teóricos de la primera mitad del Siglo XX, habría de convertirse en un referente cultural de primer orden para varias generaciones de artistas canarios.