Buenos días,
Quiero comenzar mi intervención trasladando la voluntad e interés como Presidente de Canarias y la de mi Gobierno, por haber podido participar en directo en esta Comisión General de las Comunidades Autónomas para tratar el debate sobre la situación generada por el Estado de Alarma en las diferentes Comunidades Autónomas. No obstante, el que el reglamento de la Cámara Alta no contemple la vía telemática como forma de intervención como nos han comunicado, ha sido un inconveniente insalvable.
El Estado de Alarma y las importantes restricciones de conectividad que Canarias tiene con el continente, añadiendo a ello que estos momentos requieren de la máxima dedicación y tiempo en nuestras labores institucionales autonómicas, imposibilitan el que se pueda desplazar a Madrid, tanto el Presidente como cualquier Consejero o Consejera de nuestro Gobierno.
Lamento profundamente que no se haya barajado realizar este debate fuera del Estado de Alarma, que se aplazara, y que pudiéramos con cierta normalidad, participar.
De hecho en Canarias y debido a las restricciones que también se han aplicado al tráfico interinsular, ha quedado sin efecto la posibilidad de celebrar la próxima semana como estaba previsto inicialmente para el 5 de mayo, sesión del Parlamento de Canarias, que ha sido postpuesta para fechas en las que sea posible participar presencialmente en los
debates parlamentarios en Canarias. Creo que idéntica fórmula debió arbitrase para el Senado español, en concordancia de la situación que estamos viviendo tanto en nuestro archipiélago, como en el conjunto del Estado.
Me gustaría en segundo lugar trasladar que estamos viviendo una situación nunca antes conocida que nos pone a todos a prueba. Cada domingo, desde el 14 de marzo participamos en la videoconferencia del Presidente del Gobierno de España con los presidentes autonómicos, y en esas comparecencias en las que todos y todas tomamos la palabra, he expuesto la realidad de nuestra tierra.
He procurado que en esas intervenciones se recogiera el detalle de cómo procedíamos sanitariamente en las Islas y los resultados, fijar la necesidad de arbitrar los mecanismos máximos para responder de la mejor manera a la pandemia, que se comprendiera la situación económica de Canarias por su dependencia del sector turístico al que el Estado de Alarma sorprendió en plena temporada alta con las inherentes y nefastas consecuencias que conlleva. Pues aquí, en esta región, el 60 % de los trabajadores y trabajadoras de se dedica al sector servicios, al turismo, a la hostelería, por lo que imaginen el mazazo económico inédito, como nunca antes, que nos ha convertido, sin duda, en la comunidad autónoma en la que mayor será ese impacto económico derivado de la pandemia del COVID-19, justo por nuestra propia fragilidad económica y dependencia del turismo y el sector servicios.
Y también en esas citas de los domingos he apelado a la necesaria unión, a que hemos de compartir propuestas y sumar. Y, especialmente, en que no nos equivoquemos en esta lucha porque quien es gobierno en una región, es oposición en otra. Y no procede el uso partidista del sufrimiento y del dolor de las personas.
Creo por ello que lo que hoy hacemos en Canarias, en nuestro ámbito autonómico, por integrar y cooperar, se debe lograr en el conjunto del Estado.
En Canarias hemos celebrado más de una treintena de reuniones y nos dirigimos a la suscripción de un pacto de reconstrucción social y económica en la que participarán todos los grupos políticos junto al Gobierno, pero también los agentes sociales, los sindicatos, la patronal, igualmente la Federación de Cabildos Insulares y los Ayuntamientos de Canarias, para compartir y trabajar en el enfoque económico y social que ha de dar Canarias a la quiebra que sin duda ya se produce, Y, honestamente, considero que este también debe ser el mecanismo en el ámbito nacional.
La Comunidad Autónoma de Canarias en su conjunto aboga por avanzar en un gran pacto de reconstrucción nacional en el que nadie quede fuera porque nadie puede permitirse quedar fuera en estos momentos. Apelemos a esa responsabilidad y generosidad para reconstruir juntos el Estado del Bienestar que queda seriamente dañado por un virus que nos ha asolado con agresividad.
En tercer lugar, haré referencia al comienzo de todo, regresando a la llamada que recibí el 31 de enero de nuestra Consejera de Sanidad para informarme de que un ciudadano
alemán había dado positivo por coronavirus en la isla de La Gomera. Automáticamente telefoneé al Presidente del Cabildo de La Gomera y al Presidente del Gobierno de España para comunicárselo a ambos. Recuerdo aquella conversación porque aludí a que, sin apenas haber tenido margen para recuperarnos de la quiebra de Thomas Cook, nos sorprendía en negativo el dato de tener el primer caso de coronavirus de nuestro país.
Y la recuerdo también porque el Presidente del Cabildo de La Gomera, al tiempo que nmanifestaba que esto podía ser tremendamente malo para el turismo, afirmaba que estaba seguro de que lo íbamos a superar.
Curiosamente fue el mismo día 31 de enero en el que en Italia dos turistas chinos daban positivo por coronavirus, a la semana era un ciudadano italiano que había ido a China quien también daba positivo en Italia. Y pocos días después subían a 16 las personas que habían dado positivo por coronavirus en Italia, concretamente en la región de Lombardía.
Región que se identificó por ser la que extendiera el coronavirus por toda Europa, haciendo que la pandemia fuera una realidad en el Viejo Continente.
Sin embargo, considero que en La Gomera se hizo bien. Se confinó al ciudadano, se identificaron a los contactos estrechos, se activaron todos los protocolos y finalmente se le dio de alta. Un éxito incluso reconocido por el Parlamento de Canarias en la comparecencia de la Consejera de Sanidad, a la que agradecieron el trabajo realizado.
Llegó el 24 de febrero y con él un nuevo coronavirus en Canarias. Esta vez en la isla de Tenerife, en un hotel en el que había mil personas entre huéspedes y trabajadores y trabajadoras.
Tomamos decisiones difíciles e hicimos que los turistas regresaran al hotel mientras trasladábamos la decisión a los juzgados, Y al día siguiente, martes de carnaval festivo en esta tierra, se pudieron testar y comprobar las temperaturas a todos los que estaban en ese hotel para proceder a confinar a los que eran positivos, tomando las muestras y logrando que, con el paso de los días, lo que pudo haber sido un contagio de cientos de personas terminara siendo al final, en un contagio de menos de una decena.
En ese caso también se actuó de manera correcta a pesar de que hubo quien criticó que hubiéramos confinado el hotel y de que algunos medios internacionales, lo consideraran excesivo. Y hoy, tras más de un mes en el que todos y todas estamos confinados, nos ratificamos en el convencimiento de que acertamos.
Había funcionado lo que llamamos “Unidad de Acción”. Los sindicatos, las patronales, los ayuntamientos de los municipios turísticos, la Federación Canaria de Municipios
(FECAM), la Federación Canaria de Islas (FECAI), los partidos políticos, todos echando una mano al Gobierno de Canarias para que aquello concluyera de modo exitoso.
Ese 24 de febrero Italia tenía ya doscientos positivos, Francia doce y España tres, dos en Canarias y uno en Baleares. Pero lo cierto es que el COVID-19 se extendió y el 10 de
marzo de 2020 España contaba 1.622 personas afectadas, entre ellos 35 de ellas tristemente fallecidas.
En Madrid eran 782 los positivos y 21 los fallecidos. En Canarias teníamos 21 casos positivos y nadie había fallecido.
Fue la semana en la que el Gobierno de Canarias, concretamente el día 13, decidió la suspensión de las clases de manera inmediata. Y al día siguiente, viernes, ya no hubo clase en nuestra comunidad.
El sábado 14 de marzo el Gobierno de España decretaba el Estado de Alarma. Así hasta hoy.
Y el domingo de ese fin de semana, el 15 de marzo, participé en la primera videoconferencia convocada por Presidente del Gobierno con los presidentes autonómicos. Día en el que también me dirigí a los canarios y canarias contándoles que el Gobierno de Canarias activaba un Consejo de Gobierno permanente, extraordinario y diario, y que establecíamos también un calendario permanente de encuentros y reuniones con los agentes sociales, económicos y políticos.
Y así hicimos. En menos de 24 horas nos reunimos con el Consejo Asesor, sindicatos y patronales, con la FECAM, con la FECAI, con los grupos parlamentarios, e incluso los siguientes días, con los máximos responsables de los municipios de más población de Canarias. Y lo hacíamos para informar, para compartir, exponer y recoger propuestas ante la emergencia sanitaria, social y económica por el COVID-19.
He creído y sigo creyendo en esa unidad de acción. He creído y sigo creyendo en que aportando todos y todas, respondemos mejor a esta situación que nos golpea a los
canarios y canarias, de manera tremenda.
Y por ello, desde el primer instante he apartado de nuestra hoja de ruta planteamientos individuales, al menos el máximo posible, para poder compartir las decisiones. Y lo seguiré haciendo. Por ejemplo, en la decisión de restringir la conectividad aérea y marítima, compartiendo que líneas debían mantenerse y cuáles no, y cerrar prácticamente nuestro espacio a otra decisión, que el tiempo ha terminado demostrando que fue un éxito. Al igual que en la activación inmediata de planes de contingencia para el retorno de los turistas que estaban en las Islas.
Ya lo era entonces y, creo firmemente en que lo sigue siendo hoy, el momento de sumar, y por ello planteamos también al Consejo de Gobierno la creación de un Comité de Gestión Sanitaria de Emergencia, que incluyera expertos científicos externos, de reconocido prestigio que nos ayudaran y, gestores también de sanidad que habían tenido experiencia en gobiernos anteriores.
Se implicó igualmente a los sindicatos y a la patronal, e incluso apelé a la responsabilidad rigurosa de los medios de comunicación para desmontar los bulos e informar fielmente a los ciudadanos.
Unidad de Acción como con los ERTES. Una vez que en el Consejo Asesorsurgió el debate de que los ERTES en Canarias tenían que ser de fuerza mayor, tramitarse en un máximo de cinco días, sin inspección, para salvaguardar el empleo, lo elevé al Presidente del Gobierno de España, de manera verbal y por escrito. Y en la actualidad la autoridad laboral ha cursado 29.099 expedientes por fuerza mayor vinculados a la crisis de la COVID-19.
Que los recursos del Gobierno Autónomo, de los Cabildos y de los Ayuntamientos, los remanentes y superávit fueran gestionados por ellos, fue también fruto del acuerdo entre la FECAM y la FECAI y trasladado personalmente tanto de modo verbal como por escrito al Presidente del Gobierno. Hemos activado diversas medidas desde el inicio de la crisis para aliviar la carga a las familias y a las empresas. Así, en el ámbito social el Gobierno de Canarias ha eximido del pago de la cuota a las más de 17.000 familias que están en régimen de alquiler social; se ha puesto en marcha el Ingreso Canario de Emergencia, para asistir a decenas de miles de familias a las que la situación de parálisis económica ha dejado en una situación aún más vulnerable; o la activación de un servicio para atender al alumnado de cuota cero de los comedores escolares. Las medidas económicas, por otro lado, contemplan un aplazamiento del pago de impuestos;
completar el llamado “paro de autónomos” con el 30% que faltaba para llegar al 100%; o apoyar al sector primario e incentivar la comercialización de productos autóctonos.
Propuestas y medidas todas que, junto con las que me hicieron llegar los partidos políticos, llegaron de forma directa al Presidente del Gobierno de España. Porque la
Unidad de Acción es, ante todo, lealtad.
Quiero incidir por su importancia en el de los datos sanitarios que el COVID-19 arroja a día de hoy sobre Canarias: el total de casos positivos es de 2.187, un 0,102% sobre una población de 2.153.389 personas. Desgraciada y tristemente 134 personas han fallecido.
Se ha dado el alta a 1.092 pacientes y se mantienen activos 961 casos.
De 482 camas de UCI con respirador, solo tenemos en la actualidad ocupadas 53. Y de 5.339 ingresos hospitalarios en Canarias en este momento, solo 160 pacientes lo son por COVID-19.
El número de trabajadores sanitarios con PCR es de 8.581, habiéndose realizado un total de 11.232 y dando positivo 564.
Datos que llevan una vez más a este Gobierno a reconocer y manifestar públicamente el magnífico trabajo y entrega de los trabajadores y trabajadoras de la sanidad de esta
tierra.
Y para terminar, es imprescindible que lo haga refiriéndome de nuevo pero de modo algo más detallado, a la situación económica en la que queda Canarias tras la crisis del COVID-19 y que suma a los datos ya mencionados sobre los 29.099 expedientes de ERTES tramitados, el hecho de que el 60 % del empleo de nuestra tierra depende del sector servicios; junto con la previsión del Gobierno de Canarias sobre la caída de la recaudación tributaria en general (Bloque de Financiación Canario), impuestos propios y tributos cedidos, que representa 950 millones de euros, y se traduce en un 56% de nuestro presupuesto y en 2 puntos del PIB canario. Ya que solo con lo que dejamos de
recaudar del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), la bajada será de aproximadamente 380 millones, un 52,5%. Imaginen pues el escenario en el que nos encontramos.
Por lo que superar los retos trascendentes que se nos presentan para afrontar esta realidad económica y la fractura social inherente a la misma, requiere de exigencia, empezando por la exigencia a nosotros y extendiéndola al Gobierno de España y a la Unión Europea.
Exigirnos porque Canarias sanitariamente ha respondido bien como se desprende de los parámetros que cité anteriormente. Hemos respondido bien desde el punto de vista sanitario porque estamos en buenas manos. En las buenas manos de los profesionales sanitarios y con la fortuna de disponer de magníficos recintos hospitalarios en las Islas.
Cada uno de los aplausos dados debería recordarse para que, cuando llegue el día en que la retirada de mascarillas y elementos de protección nos permita reconocer los rostros de quienes lucharon por nuestras vidas, podamos reproducirlos descubriendo esa sonrisa antaño tapada. Para cuando estemos en disposición de estrecharles la mano y darles los abrazos todavía reprimidos.
Ahora estamos en un nuevo momento, en el de comenzar las fases de desescalada del confinamiento, pero sin perder de vista que la reconstrucción de nuestra economía y nuestro estado de bienestar es tarea de todos y todas.
El Estado de bienestar necesita de pactos, de acuerdos, de consensos, de unidad, y en eso Canarias quiere participar. Por lo que será el viernes 1 de mayo, en el que además se festeja el Día Internacional del Trabajo, cuando reuniremos a agentes sociales, patronales, sindicatos, partidos políticos, miembros del Tercer Sector y de los colegios profesionales para construir los cimientos de eso que estamos llamando “la nueva normalidad”. Para contar así con el trabajo, esfuerzo y colaboración de todos y todas.
Haremos juntos el camino y confiamos en ir incorporando voluntades y alcanzando metas que celebrar en equipo, el equipo que hace y trabaja por nuestra región. El equipo que representa e integra a todos y todas las ciudadanas de Canarias.
El Presidente de Canarias
Ángel Víctor Torres Pérez.