Las Palmas de Gran Canaria, 12 de mayo de 2017.- El sábado 20 de mayo a las 18.00 horas se exhibe en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria ‘Vuelos’, espectáculo de Aracaladanza que acaba de ser nominado al Max en las categorías de mejor espectáculo infantil o familiar y mejor vestuario por el trabajo de Elisa Sanz, que también firma la escenografía. Será tras una serie de cinco funciones escolares patrocinadas, de miércoles a viernes, por la Fundación Mapfre Guanarteme dentro del programa pedagógico del recinto de Viera y Clavijo.
Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud 2010 y ganadora ya de varios premios Max y Fetén, Aracaladanza se ha convertido en todo un referente nacional e internacional en la creación de espectáculos familiares.
Tras adentrarse en los universos de El Bosco, Magritte y Miró con los montajes ‘Pequeños paraísos’, ‘Nubes’ y ‘Constelaciones’, respectivamente, la prestigiosa compañía madrileña propone ahora este ‘Vuelos’, pensado para niños y niñas a partir de cinco años y con el que fija su atención en la figura y la obra del gran Leonardo da Vinci.
“Regresamos al sueño de nadar en el cielo, pasear en el agua y, sobre todo, volar en la tierra”, explican desde la compañía, que dice sentir “la necesidad de compartir la certeza de que la libertad solo es posible cuando nos atrevemos a soñar un mundo más justo y libre, más feliz y más humano” y querer convertir los sentidos en “herramienta subversiva que contribuya a cambiar el mundo”.
En él, combina durante 50 minutos movimiento, música, objetos, proyecciones y, por supuesto, danza. El espectáculo, que está coproducido por Teatro de La Abadía, el Sadler’s Wells Theatre, Nottingham Lakeside Arts y la Comunidad de Madrid con la colaboración del Festival Grec, ha sido creado y dirigido por Enrique Cabrera. Sobre el escenario, Carolina Arija, Jorge Brea, Jonatan de Luis, Raquel de la Plaza y Jimena Trueba. Completan el equipo artístico el afamado iluminador Pedro Yagüe, Álvaro Luna (diseño de video escena), Luis Miguel Cobo (composición musical) y Ricardo Vergne (diseño de marionetas y objetos con el asesoramiento de El Nudo Compañía Teatral).
Entradas y exposición. Las entradas para las funciones escolares están agotadas, no así para la familiar del sábado, que aún están a la venta a través de los canales habituales con que cuenta la Fundación de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria, que gestiona el Cuyás: la web del teatro (www.teatrocuyas.com), su taquilla y Entradas.com. El precio de esas localidades oscila entre los 6 y los 15 euros.
Además, el público que acuda al Cuyás podrá admirar también el gran mosaico instalado en el hall del recinto a partir de cientos de dibujos realizados por escolares grancanarios que han participado en un taller organizado en San Martín Centro de Cultura Contemporánea dentro del proyecto ‘Escenarios de arte’ y que impulsan conjuntamente el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) y el Teatro Cuyás.
Danza alrededor de un genio. Máximo exponente del humanismo renacentista, Leonardo da Vinci (1452-1519) necesitaba comprenderlo todo y su clave para conseguirlo era la observación y el estudio directo de la naturaleza (“Consulta para todo con la naturaleza”, decía). Pero si algo le obsesionaba era el vuelo de pájaros y murciélagos, así que durante 25 años, se dedicó a estudiarlos con la intención de imitarlos y hacer así realidad el mito de Dédalo e Ícaro.
Después, realizó cientos de bocetos y prototipos de máquinas voladoras a las que precisamente denominó “pájaros”. Lamentablemente, parece que nunca consiguió dotarlas de la potencia suficiente para elevarlas y mantenerlas en el aire, un fracaso que le valió la crítica y la burla de contemporáneos como Miguel Ángel que dijo de él: “Empezó muchas cosas, pero no acabó ninguna”. Siglos después, sus diseños serían, sin embargo, la base de la aeronáutica, y por cosas así está considerado como uno de los hombres más brillantes de todos los tiempos.
Siendo casi un niño, aprendió pintura y escultura de la mano del genial Andrea Verrocchio, y seguramente fue en el taller de su maestro donde nació su interés por la anatomía, el cual queda de manifiesto en su famosa lámina ‘El hombre de Vitrubio’, que resume sus investigaciones sobre las proporciones humanas. Más tarde fue ingeniero (llegó a ser ingeniero oficial de la ciudad de Milán bajo el mandato de Ludovico Sforza) y sus proyectos e inventos fueron tan innovadores como su obra artística.
De todo ello dan fe sus famosos diarios y cuadernos de notas, más de 13.000 páginas distribuidos, de forma desordenada, casi caótica, en 120 volúmenes sobre diversas materias. Como curiosidad, todo en ellos estaba escrito al revés, de derecha a izquierda, de forma que solo se podían leer con ayuda de un espejo y es esa doble (y genial) visión de la realidad la que da alas a Aracalandaza, cuyos integrantes dicen sentirse no solo inspirados, sino sorprendidos y cautivados por el genio creador del artista e inventor italiano.