- Fernando Alcántara, Rafael Montezuma, Lamberto Guerra, Elio Quiroga, Víctor Moreno y Samuel M. Delgado y Helena Girón firman la primera tanda de cortometrajes de autoría local
- Los directores apuntan cómo el Festival ha sido en sus veinte ediciones el vehículo de influencias a las que difícilmente podrían haber accedido desde las Islas, y el carácter de escuela que ha tenido Canarias Cinema para el talento de los cineastas del Archipiélago
Las Palmas de Gran Canaria, jueves 8 de abril de 2021. El cariño o su ausencia, el peso del tiempo, un fabulado origen de la lluvia o una reflexión profunda sobre la naturaleza del confinamiento conforman una colección de propuestas heterogénea y poliédrica en la primera entrega de cortometrajes de Canarias Cinema. En pantalla este viernes, 9 de abril, esta tanda inaugural de cortos refuerza la condición de hervidero de talentos de un apartado fundamental del vigésimo Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Se presentan los trabajos de directores como Fernando Alcántara, Rafael Montezuma, Lamberto Guerra, Elio Quiroga, Víctor Moreno y Samuel M. Delgado y Helena Girón. Todos ellos, nombres con un recorrido propio ya en el circuito, que convierten en plato principal esta ración de obras de duración limitada.
Océano
Océano (2020) es, para empezar, una lograda reflexión sobre ese vouyerismo digital tan contemporáneo. Fernando Alcántara dirige un corto en el que, en sus propias palabras, "paradójicamente se da un confinamiento interior en la protagonista, que ahora hemos sufrido de verdad”. Alcántara reflexiona sobre “cómo gestionamos la soledad, las adicciones y nuestra realidad”, en un trabajo enfocado en una joven invadida por el desencanto, en el que la droga aparece de forma recurrente, pero también el impacto que tienen en su vida las pantallas. “Ahí hay algo relacionado con cómo nos ganamos la vida de una determinada manera. Y cómo esto afecta a las relaciones personales”.
Las referencias pictóricas de Hopper “han sido clave para la representación de la atmósferas y la soledad” en Océano, en donde también se aborda “la manera que tenemos de relacionarnos con los aparatos electrónicos, desde la soledad”, cuenta Alcántara. Cobra importancia en la obra una conexión de la usuaria con el móvil o el ordenador en el que “no sólo quería hacer un estudio del rostro a nivel fotográfico y emocional, sino también dirigir la mirada a qué cara tenemos cuando utilizamos un dispositivo. No irme en el plano al digital, sino a cómo ella lo vive, a sus emociones. Quería omitir las pantallas. También por eso”, concluye, “aparecen unos prismáticos en lo que quería era hacer un símil del aspecto voyeuristico que tiene todo ese mundo digital. Miras al océano y el océano te devuelve la mirada”. El reparto (Andrea Zoghbi, Óscar Santamaría e Irmina Barrera) es el vehículo eficiente para construir la original propuesta.
Fernando Alcántara participa en el Festival y en Canarias Cinema desde 2012. “Para mí”, apunta, “este ha sido un espacio no sólo en el que poder proyectar mi cine, sino también para la formación, complementando lo que he aprendido en la escuela. Me ha abierto mucho la mirada, me ha enseñado mucho. Y la mayoría de mis amigos los he conocido participando en el festival”. Océano ha tenido ya su propio recorrido nacional e internacional, en distintos festivales.
Pillimpo
Rafael Montezuma firma Pillimpo (2019). El ganador del Premio de Distribución Digital 104 en el Festival de 2019, con Dua2Litet, presenta en esta edición una propuesta “entre lo documental y lo experimental”. El corto aborda el perfil de José García, referente del Art Brut en Lanzarote. El autor cuenta cómo “pude acceder al Jardín Maranao, su mundo particular, con esas esculturas de yeso”, y rodar las peculiares reflexiones del escultor.
“Vivía sin luz, en la máxima austeridad y tenía un concepto de vida… Dormía en un lecho de piedra. Su pasado se descifraba entre lo pagano y la religión católica. Era una especie de filósofo místico y natural, que conectaba en su universo entre lo macro y lo micro”, recuerda Montezuma, quien explica que en su trabajo “intento hacer lo mismo, en la teoría de Hermes Trimegisto: las alteraciones en lo micro tienen una consecuencia en lo macro. Él tenía ese discurso, que admite muchas interpretaciones”.
“En el corto”, añade, “se intenta abordar a mi manera los límites del arte: qué es lo normativo y qué es lo disidente. Cómo algo que algunos llaman basurero en Lanzarote sale en revistas de arte en Estados Unidos. La obra de este escultor, en un museo, deslocalizada, cobra otra dimensión, como se ha podido ver en el Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Lanzarote”. La vocación del director también es la de que “se conozca al personaje, y al mismo tiempo nos podamos cuestionar cuáles son esos límites del arte”.
Rafael Montezuma define Canarias Cinema como “una plataforma de lanzamiento, un lugar de encuentro, un espacio de movilización de ideas. A mí me parece maravilloso: es súper importante e interesante que exista un apartado para el cine canario. Gracias a eso también hemos podido ver cómo ha crecido”
Lila
Lila (2020) es un corto de actores dirigidos por otro actor, con historia propia en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria: Lamberto Guerra, presencia habitual en el LPA Film Festival y presentador de varias de sus galas, confiesa que esa es su vocación esencial, si bien en su trayectoria reciente el público ha podido disfrutarle más como director. En Lila, Sara Guerra, Nayra López y Niria Ró protagonizan un trabajo de marcado acento femenino, al que se suma el propio Lamberto. Una obra que surgió precisamente del encuentro entre el autor y Sara (“quería trabajar con ella”), y que aborda “una historia intergeneracional protagonizada por mujeres”, que, fundamentalmente, habla sobre la ternura. “Habla”, en concreto, “de lo que pasa cuando nos olvidamos de conectarnos con la ternura”.
El resultado es un cruce de historias que confluyen en ese cariño vital, con fotografía de Vasni Ramos (director del gamberro y aclamado Apocalipsis Voodoo). Guerra y Ramos asumieron el montaje final de un corto más susurrado que hablado, en el que también sobresale la calidad del sonido (Miguel Albert). Además de la perra que da título a la obra, “que en realidad se llama Lala, y que tengo que decir que no sufrió nada en el rodaje”, subraya el director. Ritmo y una proyección lograda de las interpretaciones adornan su trabajo.
Lamberto Guerra recuerda cómo ha estado vinculado al Festival “desde que tenía 16 o 17 años, empezando como público. Me hace mucha ilusión estar en el festival. Esta la edición número 20, y se cumplen diez años de la primera vez que yo dirigí. Este es mi primer corto con presupuesto, gracias a una subvención del TEA. ¡Y es la primera vez que me seleccionan!”. Guerra desvela que, pese a su vocación de intérprete, “de lo que más disfruto en el mundo es dirigiendo, y hasta ahora, la verdad es que se ha dado que haya trabajado, sobre todo, con actrices”.
Whence Comes The Rain
Whence Comes The Rain (2019) es el corto que presenta en Canarias Cinema Elio Quiroga, un autor canario con nombre propio ya en el cine español, y que enriquece esta primera tanda de cortometrajes con una nueva obra de animación en su trayectoria. “La idea era la de contar una historia que siempre había tenido en la cabeza, acerca de dónde viene la lluvia”, explica el director de Fotos (1996), La hora fría (2007) o La Estrategia del Pequinés (2019).
Sopa de Sobre es la firma responsable de la animación de esta pequeña historia agitada a trazos de lápiz. “Ví unos diseños de Santiago Verdugo, y a partir de ahí, con Francisco de la Fuente, que es el que ha hecho el trabajo bestia, fue cuando salió”, explica Quiroga, que rememora que “ha sido un trabajo que, en ratos libres, sacamos en dos años”.
No es su primera aventura en animación: Home Delivery (2005) y My name is Maria (2010) han sido otras de sus incursiones en un género que aborda desde una mirada muy personal. Whence Comes The Rain, señala, “es algo chiquitito, pero con la idea tan en crudo y tan bonita como la de la animación a lápiz. Me encanta: disfruto hasta los vídeos de bocetos a lápiz que puedes ver sobre las películas clásicas de Disney”.
Quiroga observa que otro de los elementos importantes en su propuesta animada es el trabajo de Alfons Conde, “con el que he trabajado en varias películas antes: ha hecho la música con un cuarteto de cuerda, en un concepto atonal, experimental”, que acaba completando el trabajo final de forma idónea.
El director canario reflexiona también sobre la relevancia adquirida por Canarias Cinema en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria: “Ha habido siempre un diálogo, que empezó ya desde las primeras ediciones, entre el creador canario y lo que se veía en el festival”, cuenta. Y lo que se veía era "un cine independiente, diferente y muy difícil de disfrutar en aquél momento. Empezó a haber una influencia mutua. Lo que se ha hecho aquí ha sido una creación más libre, sin complejos y en eso el Festival nos ha abierto los ojos. Hoy sigue teniendo una misión vital: nos cuenta que las cosas se pueden hacer de otra forma. Y, oye, que lo que yo hago se pueda ver en otra parte del mundo también es algo genial”.
El confinamiento infinito
Víctor Moreno es un nombre propio de peso en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Y más, en una edición número 20 en la que se le rinde homenaje a su calidad como realizador: uno de los primeros canarios en ser incluidos en la sección oficial del certamen. En 2021 Moreno incorpora a Canarias Cinema su corto El confinamiento infinito (2020), rodado dentro de la petición expresa que trasladó el Festival de Tesalónica a varios autores en pleno confinamiento: su propuesta es un mensaje “irónico y tranquilizador al mismo tiempo”, que juega con la inmensidad del Universo y el concepto mismo de estar confinado.
“Intenté pensar en una dimensión mucho más sideral, dándole una vuelta de tuerca total al vacío del espacio”, explica Moreno, que, con la misma mirada ácida confirma que no salió del sistema solar para lograr esa fluida sucesión de imágenes del Cosmos, capturadas de los bancos imágenes de las agencias espaciales. Un tránsito entre estrellas que el cineasta ambienta con una grabación de la Obertura de Tannhaüser, de Richard Wagner, interpretada en uno de los ensayos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. “Tuve que trabajar el sonido un poco, y al final conseguimos un resultado interesante”, apunta.
Sobre el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, Víctor Moreno manifiesta que “ha sido imprescindible para la cultura de Canarias: hay que estar muy agradecido, primero como espectadores, a toda la organización, a Claudio Utrera, a Luis Miranda, a todo un equipo de gente maravillosa que está haciendo un trabajo de difusión del cine internacional y canario todos estos años”. Sobre el certamen y Canaria Cinema también añade que “ha sido muy importante para los autores de Canarias como punto de encuentro: un sinfín de cineastas nos hemos conocido en el festival. En mi caso, forma una parte importante de mi vida”.
Y acerca del homenaje que el mismo festival le concede en 2021, el director se expresa como un autor “enormemente agradecido. Es un honor inmenso y me hace muchísima ilusión. Es una manera muy bonita de reconocer un trabajo que también es muy duro, que también requiere mucho esfuerzo y mucha voluntad. Esto no para, siempre estás luchando por nuevos proyectos”. En concreto, hoy, en un corto como Lovebirds (2021) (“que rodamos después de salir del confinamiento”), varios largometrajes, otro corto… “Diferentes ideas, cada una con sus propios ritmos”, matiza Moreno, que no se detiene en su desarrollo creativo.
Cuídate
En ocasiones, el trabajo de los realizadores isleños también se ha visto condicionado por la pandemia. Es el caso de Cuídate (2021), el corto de Jonay García, que tuvo que ajustarse a un estricto protocolo de tests, distancias y ventilación para concentrar su esfuerzo en una sola jornada de trabajo. A pesar de las inconveniencias, el film adquiere una propiedad impactante, que logra sumergir al espectador en la realidad de la actriz que interpreta Alba Tonini. Su llamada telefónica, centro del corto, adquiere otros significados a medida de que avanza el metraje.
“La intencionalidad era, en la línea que llevo siguiendo, la de ponernos en la piel de personajes con una realidad desconocida. Se trata de buscar esas realidades ocultas, en las que nos reparamos en nuestro día a día: las tenemos delante y realmente no nos paramos a pensar en ellas”, explica García, que ya había trabajado con Tonini en La Bañera (2019). “Es una actriz maravillosa, buscaba ese perfil físico, con su capacidad interpretativa, para conseguir esa montaña rusa de registros”, comenta el director. En esta ocasión, García “quería poner al espectador en el punto de vista de la interlocutora, de lo que sabe y lo que se va desvelando en su conversación telefónica”.
Jonay García también está detrás de Digital 104, una productora y distribuidora que desarrolla en los últimos años una labor estratégica para el festival: concede un premio de distribución a aquellos cortos que no tienen este acceso para acudir a otros certámenes. “Fue una iniciativa nuestra, que ha sido muy bien acogida y con la que estamos muy felices, porque también nos permite incorporar cada a los a nuestro catálogo una pequeña joya de autoría canaria”.
Cuídate participa fuera de concurso en Canarias Cinema, un partido del festival que el propio realizador califica como “una verdadera escuela para el talento local. Se ha ejercido una influencia entre los canarios y el festival, gracias al tipo de cine que se proyecta, que en otras circunstancias habría sido imposible de ver por aquí. Sin el festival, el cine de los directores canarios que están triunfando sería probablemente otro muy diferente”.
Irmandade
Irmandade (2019) es el corto de Samuel M. Delgado y Helena Girón. Una pieza rodada en 16 milímetros, en el transcurso del encuentro Chanfaina Lab que se realiza en la localidad gallega de San Sanduniño en Galicia. “Danilo González ha impulsado esta iniciativa, viendo que el pueblo no tenía memoria visual”, explica Delgado, cuya obra contribuye finalmente a su construcción.
“Fuimos a principios de 2019, y nos topamos la historia de los irmandiños, que protagonizaron la revuelta campesina del Siglo XVI. A ese suceso está muy vinculado un castillo derruido en la zona, y que fue reconstruido como condena impuesta a los sublevados. Decidimos vincular la idea de estos pobladores con los habitantes del pueblo: por eso trabajamos con esos rostros que se desfiguran y se transforman”, explica de forma detallada el director. El trabajo de Girón y Delgado es un puro ejercicio de imagen, en el que la inestabilidad, el grano en la definición o el peculiar resultado cromático definen un corto que viaja del agua al fuego.
“Rodamos con una cámara que permite exposiciones muy largas: a cada retrato dedicado unos 15 minutos. La cámara pesa lo suyo, y al cabo de un rato empieza a temblar. La abstracción resultante nos pareció muy interesante para evocar el pasado”, recuerda el autor. La combinación de estos factores le permitió lograr una fusión visual a partir de los propios habitantes del pueblo, sobre los que se sugieren los rostros de sus antepasados.
Delgado lamenta no poder trasladarse este año hasta Las Palmas de Gran Canaria debido a sus compromisos profesionales. “Para nosotros el festival es como volver al hogar”, confiesa. “En Canarias Cinema se han creado amistades y vínculos de trabajo, y nos hemos ido acompañando los unos a los otros todos estos años. Y aunque estemos en otros circuitos, la vuelta a casa siempre ayuda a no perder el rumbo”, apunta con perspectiva.