Los antiguos oficios y las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra cobraron vida durante el Belén Viviente organizado un año más por la AF Guayadeque de Carrizal. El besapiés al Niño Jesús daba inicio al acto tras la misa congregando a cientos de visitantes, que pudieron disfrutar, no sólo de la música típica de nuestro folcklore a cargo de la rondalla de la agrupación, sino también de un completo recorrido por las costumbres canarias. A lo largo del evento el reparto de infusiones y de chocolate caliente con tortillas recién hechas era incesante. Miembros de la agrupación y colaboradores servían además a los visitantes el típico cochafisco y las piñas asadas, que eran previamente descamisadas y desgranadas ante la mirada atenta del público. Los mayores explicaban a los jóvenes y a los más pequeños la labor que se realizaba en los diferentes puestos. Así, la atención se repartía entre la señora que elaboraba el queso, los niños que repartían el suero, la improvisada escuelita con sus juegos tradicionales y la “costura”, donde dos mujeres se afanaban por terminar los encargos. Pero si de trabajo hablamos no podemos olvidar la dura faena de las empaquetadoras de tomates o de las lavanderas, que junto con las caladoras y la tienda de aceite y vinagre, completaban el núcleo económico y social de la época. Un intercambio generacional que, como bien explicaba el responsable de cultura del Ayuntamiento de Ingenio, Cristopher Rodríguez, los adultos comparten su experiencia con los más jóvenes en un evento que ya “es tradicional y referencia en el conjunto de actividades del municipio”.
El Belén Viviente se coronaba con la Sagrada Familia, que bajo el amparo de un pesebre recreado para la ocasión, posaba con orgullo ante las miradas y los objetivos que captaban su imagen para la posteridad en una noche bendecida por la buena climatología, tal y como también apuntaba el Primer Teniente Alcalde de la Villa de Ingenio, Rafael Caballero, que además señalaba la ocasión como idónea para todos aquellos que se reencontraban en estas fechas y aprovechaba para pedir a nuevo año salud y reflexión “sobre las cosas que no han salido bien pero que se pueden mejorar, y tener fuerzas para seguir adelante con los objetivos”.
La Plaza del Buen Suceso y la Calle Sor Josefa Morales conformaron el emplazamiento elegido una vez más por la agrupación para celebrar el Belén Viviente, uno de los actos que ya forma parte de la tradición navideña ingeniense.