El alcalde del municipio, Teodoro Sosa, ha explicado que estas piscinas naturales y zonas de baño, construidas en su mayoría a mediados del siglo pasado, se trata de espacios naturales que han sido profundamente antropizados, donde el ingenio humano y la naturaleza han convivido en equilibrio para crear unos espacios en los que retener el agua en momentos de bajamar en zonas donde no existen playas, sino una costa abrupta, creando unas zonas de baño de gran calidad.

A pesar de ello, a lo largo de los años se han venido realizando intervenciones, algunas con mayor éxito que otras, donde se han llegado a emplear materiales, como el hormigón, en exceso para la creación de soláriums y zonas de estancia que impactan en el paisaje. Es por ello que el consistorio ha propuesto realizar intervenciones para revertir estas actuaciones, mejorando así el entorno con materiales blandos así como facilitar la accesibilidad, seguridad y señalética. Además, desde la concejalía de Turismo, que dirige Ulises Miranda, se han remitido otros proyectos para su inclusión en el Plan de Infraestructura Turística de Canarias, como la mejora de las avenidas de Los Dos Roques y El Agujero, y la piscina de Emiliano, en Bocabarranco.

El director general de Infraestructura Turística del Gobierno de Canarias, Fernando Miñarro, en un encuentro telemático con los responsables locales, ha recabado y valorado estas solicitudes, que comparten los objetivos de ambas instituciones de respetar los espacios vírgenes de la costa y renaturalizar los charcos y piscinas ya antropizados, esencial para garantizar la seguridad y salud de los vecinos y visitantes mejorando su accesibilidad integral. Pero también para informar sobre sus características esenciales, buen uso y mantenimiento sostenible de las zonas de baño en la comarca Norte de la isla.