- Las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez acercan al público las vivencias de dos mujeres del campo de refugiados de la isla griega de Lesbos que la compañía de Mario Vega visitó junto al periodista especializado Nicolás Castellano
Las Palmas de Gran Canaria, 20 de octubre de 2021.- La Sala Insular de Teatro (SIT) ha colgado el cartel de ‘todo vendido’ para las últimas seis funciones de ‘Moria’, espectáculo de Unahoramenos Producciones sobre la situación de las personas refugiadas previsto para este fin de semana (viernes, sábado y domingo, a las 18.00 y a las 20.00 horas).
Dirigido por Mario Vega y protagonizado por Marta Viera y Ruth Sánchez, el montaje volvió a programarse, tras su exitoso estreno hace unos meses, en plena pandemia y con aforos aún más reducidos, para abrir la temporada 2021/2022 de la sala gestionada por el Cabildo a través de la Fundación de las Artes Escénicas y de la Música de Gran Canaria.
Precisamente, justo un año antes de que se declarase la pandemia, parte del equipo de Unahoramenos se desplazó al por entonces mayor campo de refugiados de Europa, Moria, en la isla griega de Lesbos.
Hasta allí los acompañó el periodista de la Cadena Ser Nicolás Castellano, especializado en temas sociales y humanitarios desde que, hace dos décadas, comenzó a informar en Canarias de la llegada de cayucos y pateras (hoy en día trabaja en Madrid, y, a menudo, cubre como enviado especial crisis en distintas partes del mundo).
En Moria, se entrevistaron con refugiados y trabajadores de distintas oenegés que les contaron su experiencia en aquel infierno que, meses después, sería devorado por las llamas de un pavoroso incendio.
De aquel viaje se nutre este proyecto escénico cuya acción transcurre bajo una carpa de seis por seis metros y que no solo recrea las existentes en el campamento de Moria, sino la atmósfera asfixiante que allí se vivía. Para ello, el montaje incorpora la proyección en las paredes de la estructura diseñada ad hoc de contenidos audiovisuales que fueron filmados in situ con tecnología 360º, y que, explican sus creadores, hacen de la función una experiencia documental pero también inmersiva.
En ese sentido, el público sentirá junto a las actrices protagonistas cómo era realmente el día a día de una pareja de refugiadas, la afgana Zhora Amiryar y la iraquí Douaa Alhavatem, en aquel campo creado para unas 3.000 personas y en el que llegaron a hacinarse muchos miles más en un drama humanitario sin precedentes en la zona.