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Viernes, 09 Diciembre 2022 14:24

A nuestros compañeros apicultores canarios, a la sociedad y a la clase política canaria.

El Cabildo de Tenerife aprobó en sesión plenaria del pasado 05.12.22 un Plan Estratégico Apícola para dicha isla, después de varios meses de preparación en unión con las principales asociaciones apícolas tinerfeñas. Desde Gran Canaria queremos felicitar a los compañeros apicultores de la isla hermana y desearles muchos éxitos en su desarrollo y concreción futuros.

El texto aprobado, sin embargo, incluye una medida que excede el ámbito insular, afecta de manera directa a los apicultores que representamos y por tanto nos vemos en la necesidad y obligación de hacer pública nuestra valoración, puesto que rompe el consenso regional establecido en 1992 sobre las ayudas del POSEI, un acuerdo regional en el que nuestra asociación fue uno de los valedores principales.

En esas fechas la apicultura canaria tenía grandes problemas, uno de los más importantes era la introducción de razas de abejas alóctonas que no solo ponían en peligro la existencia de nuestra raza autóctona sino que con ellas habían llegado graves enfermedades. Para colmo, la hibridación de todas estas razas trajo consigo una agresividad de las abejas nunca vista en las islas. El panorama era tan sombrío que las asociaciones de todas las islas consensuaron solicitar a las fuerzas políticas el llevar a Bruselas la petición de una medida que protegiese la raza autóctona dentro del Programa de Opciones Específicas de las Islas Canarias (POSEICAN).

Una medida excepcional de protección y reconocimiento de una raza de abeja local la había conseguido en los tribunales europeos la isla danesa de Læsø, y Canarias aprovechó el contexto para negociar una medida similar. La responsabilidad de la negociación en Bruselas la asumió personalmente el palmero Antonio Castro Cordobez. Consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias (1987-1993), quien finalmente pudo incluir la siguiente redacción:

Se concederá una ayuda para la producción de miel de calidad específica de las islas Canarias, producida por la raza autóctona de «abejas negras».

La ayuda se abonará a las asociaciones de apicultores reconocidas por las autoridades competentes en función del número de colmenas de abejas negras en explotación ...

De esta manera, esta ayuda tiene como fin específico fomentar el mantenimiento de un censo estable de la raza autóctona de abeja negra, a fin de evitar su desaparición en beneficio de razas más productivas que garantizan más rentabilidad al apicultor, permitiendo la conservación de las particularidades genéticas de esta raza propia de Canarias y por tanto un fomento de la biodiversidad.

El plan contemplaba inicialmente un censo de 5.000 colmenas que se ha ido incrementando en las sucesivas revisiones hasta las 21.000 actuales, con un importe de 30€ por colmena, lo que hace un total de 630.000€ destinados a mantener el censo de la raza local.

Anualmente las asociaciones presentan sus solicitudes al gobierno de Canarias y éste reparte proporcionalmente los 630.000€ con un tope de 21.000 colmenas. En el año 2021 figuran censadas 33.492 colmenas en nuestro archipiélago. ¿Qué hacen las asociaciones? De una manera totalmente solidaria dividen el importe concedido entre todos sus socios, de manera que el 100% de los apicultores recibe la misma cantidad por colmena, con pequeñas diferencias atendiendo a los acuerdos internos en sus respectivas asociaciones. Así que para el año 2021 es de esperar 630.000 / 33.492 = 18.81€/colmena, no obstante esta cantidad se ve incrementada porque no todos los apicultores solicitan la subvención o no declaran tener abeja negra canaria, por lo que es habitual que la cantidad finalmente recibida esté en 20-22€/colmena.

Duro golpe a la apicultura tradicional.

En nuestro archipiélago, y debido a la fragmentación geográfica, la apicultura se ha practicado a través de cinco siglos en pequeñas y medianas explotaciones que aportan un complemento a la renta familiar. De esta manera se ha conseguido mantener una práctica apícola unida e integrada en el territorio, muchas veces fijando población rural. Así ocurre en el 98% de las explotaciones canarias. El otro 2% son profesionales que obtienen sus ingresos de actividades relacionadas con la apicultura, e incluye también entre ellos a quienes obtienen, además, ingresos por importación y venta de miel peninsular, venta de suministros apícolas, alimentación, etc.

A pesar de que parte de la moción aboga por la defensa de la apicultura tradicional, al menos una de las medidas que se proponen, de llevarse a efecto, supondría un estrangulamiento de la misma:

“9.1. El Cabildo Insular de Tenerife instará al Gobierno de Canarias y a las instituciones que corresponda la redefinición del POSEICAN para que se centre no en el número de cajas y censos, sino en el de explotaciones ganaderas profesionalizadas, que permita generar mayor volumen de industria y de capacidad de respuesta comercial”.

Esta redacción rompe el pacto regional establecido en 1992 y lo hace para favorecer al 2% de los apicultores a costa del 98%. Esto significa que un apicultor medio, con 40 colmenas podría perder sus 800€ anuales de subvención que van a ir a una pequeña cantidad de apicultores profesionales, quienes verán incrementada su subvención de una manera muy notoria, en desmedro de las de la gran mayoría de pequeños y medianos apicultores.

Es impensable que la masa social de las diferentes asociaciones apícolas estén de acuerdo en esta medida. Las cosas pueden hacerse de otra manera, y apuntamos algunos ejemplos, no con la intención de sentar cátedra, sino simplemente de aportar alternativas que nos parecen más justas y viables, y que tienden también a la profesionalización de las prácticas apícolas.

Escuela de Apicultura de Gran Canaria.

Está demostrado que la mejor manera de profesionalizar y rejuvenecer el sector es la formación. El Cabildo de Gran Canaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han puesto en marcha la Escuela de Apicultura de GC, con dos titulaciones: una acreditación profesional y un título de Experto Universitario en Apicultura para graduados universitarios, único en España.

Ya se han titulado cuatro promociones y en breve comenzará la quinta. A nuestra asociación se han incorporado muchos de estos jóvenes que inician con una formación excepcional sus proyectos apícolas, y llegan con muy buena energía, de forma que cinco de los ocho directivos de nuestra asociación son titulados de la escuela, entre ellos nuestra presidenta.

La labor de formación se ve completada por nuestra asociación con cursos propios de ampliación y reciclaje para nuestros socios.

Plan de subvenciones al apicultor.

Las ayudas autonómicas se ven complementadas con el apoyo al sector por parte de la institución insular. El Cabildo de Gran Canaria convoca anualmente ayudas al sector para mejoras de material de campo, salas de extracción y creación de etiqueta y marca propia. Los apicultores mejoran y amplían sus instalaciones, de manera que nuestras salas de extracción y envasado en Gran Canaria no solamente han aumentado en número sino también en calidad. Estas ayudas no solo favorecen a quien se inicia, sino también a la apicultura tradicional y a la profesional, su convocatoria es ampliamente difundida entre nuestros asociados para que todos puedan acogerse a ella.

Por otra parte el cabildo tiene su propia marca de calidad, bajo la denominación “Gran Canaria Calidad”. Los apicultores registrados obtienen una marca que garantiza la idoneidad de su miel tras severos controles, tanto en sala de extracción y envasado como en análisis de miel. No es una DOP, ni una IGP, pero es muy suficiente para el mercado local, al que no somos capaces de abastecer en toda su demanda.

Abeja negra canaria.

El movimiento de defensa de las razas locales de abeja negra no ha parado de crecer en los últimos años, son muchas las regiones europeas que tienen muy avanzados sus respectivos proyectos. Incluso en el norte peninsular y en Baleares se ha extendido en varias autonomías la defensa de sus razas locales. En Canarias, cuatro islas protegen la raza autóctona, y nos parece razonable y defendible que así sea, en tanto y en cuanto los estudios científicos apoyan la tesis de que es la mejor adaptada al medio ambiente local, y porque la mayor parte de la cabaña apícola de las islas trabaja con esta variedad de Apis mellifera. En cambio, no están claros los beneficios de la hibridación a medio y largo plazo.

 

Desde Gran Canaria seguiremos defendiendo a nuestra raza de abeja local y los intereses de la apicultura canaria en general, sin enfrentar a los sectores tradicional y profesional, y nos opondremos firmemente a cualquier modificación no pactada que suponga un agravio para las rentas más desfavorecidas.