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Miércoles, 12 Abril 2023 17:42

En Canarias unas cien mil personas sufrieron de manera directa o indirecta los efectos de la Guerra Civil española

Se celebra en el Auditorio Alfredo Kraus la tercera y última mesa de reflexión en el marco del Laboratorio Galdós Internacional

 

Las Palmas de Gran Canaria, 12 de abril de 2023.- La tercera y última mesa redonda que impulsa el Laboratorio Galdós Internacional con la que concluye la fase de documentación inscrita en el contexto del próximo estreno del montaje teatral ‘Protocolo del quebranto’, se desarrolló en la tarde de ayer martes, día 11 de abril, moderada por el poeta, ensayista y director de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera.

La citada mesa de reflexión, que se desarrolló en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus, reunió a la doctora, activista y escritora Paula Farias, presidenta hasta 2011 de Médicos Sin Fronteras; la directora asociada de la división de Europa y Asia Central de la organización no gubernamental Human Rights Watch, Judith Sunderland; el director de la Sección Española de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, y al historiador e investigador canario de los represaliados del franquismo Sergio Millares.

Con la guerra de Ucrania como telón de fondo y la violencia sistémica que ha azotado secularmente la historia de la humanidad, un lúcido y brillante Gómez Aguilera avanzó que la invasión de Ucrania por Rusia “nos ha colocado ante lo inaudito, paradójicamente en un instante en el que acontece un tiempo de incertidumbre. Tenemos muchas heridas abiertas. La Humanidad nos interroga constantemente”, dijo. “¿Somos realmente humanos?”, se preguntó, para luego sentenciar que “la dignidad y la humanidad requieren reciprocidad. El siglo XX ha sido el más violento y cruel de toda la de la humanidad, desmintiendo la idea de progreso moral de la historia”.

Judith Sunderland señaló que “no hemos tenido la empatía de acoger e integrar a las personas migrantes y refugiadas de las sucesivas crisis humanitarias que se han producido”, y que “los gobiernos han puesto infinidad de obstáculos, además de actuar con indiferencia y rechazo en sus fronteras”. Esteban Beltrán prefirió huir del concepto antropológico de la guerra durante su intervención. “Las guerras que se prolongan son aquellas en las que los culpables se evitan”, puntualizó. “Es importante que hablemos de las víctimas, pero también de los perpetradores del terror”.

Paula Farias admitió que “la guerra materializa el fracaso de la humanidad. La guerra es el dolor cercano y su realidad poco tiene que ver con las estrategias que tienen lugar en los despachos de los gobiernos, en donde no se huele el pavor de las trincheras”, dijo. “Siempre que hay violencia las mujeres son las que sufren doblemente. Se ejerce la violación como arma de guerra, perpetuando el odio, cuando los agresores dicen al rostro de las violadas: ahora vas a tener un hijo de tu enemigo”, relató Farias.

Por su parte, Sergio Millares, tras explicar que su labor como historiador está en los archivos y en las entrevistas que formula a las personas con las que tiene contacto como herederos de las víctimas de la Guerra Civil Española en las islas, sostuvo que “en Canarias no se puede hablar de guerra (refiriéndose a la contienda española), sino de represión brutal como nunca se había vivido en el archipiélago. Las familias se rompieron en las islas y se produce entonces un colapso moral”. Millares puntualizó que “en Canarias durante la guerra española todas las víctimas que se producen son civiles. Se contabilizaron 120 fusilados, más de mil desaparecidos y se practicaron 20 mil detenciones, todo ello sin contar los efectos sobre las víctimas indirectas como las mujeres y los hijos de los encarcelados, desaparecidos o asesinados, que fueron rápidamente criminalizados”. El historiador calcula que cien mil personas sufrieron de una manera u otra en Canarias los efectos de la guerra civil española. “La huella de la Guerra Civil es muy grande como para borrarla y la victoria generó el olvido de las víctimas de la represión, pero en las últimas décadas se ha ejercido con coraje el deseo de sacar a la luz la realidad de los desaparecidos. La verdad histórica no se solucionó con la etapa de la Transición política en España”, dijo.

Sunderland, que recordó que hoy por hoy no se respeta el Derecho Internacional, criticó la hipocresía de Occidente con la crisis de Ucrania y los desplazados que ha provocado el conflicto generado por Putin. “En Europa se han acogido a miles y miles de ucranianos de manera ejemplar, pero esa política contrasta con el trato que se dispensa a migrantes y refugiados de otras latitudes. Los gobiernos cierran y defienden celosamente sus fronteras, pero cada día muere alguien en Europa en el intento de cruzar cualquiera de sus fronteras. El miedo vende mejor que la verdad y debemos elegir mejor nuestro lenguaje para construir un relato en positivo en favor de los derechos de los migrantes. Siempre hablamos de personas ilegales, no de gente desesperada. La historia de la humanidad es la historia de las migraciones”, recordó.

Beltrán insistió en hablar de ‘legalidad’, ya que “todos los seres humanos somos iguales. Lo que debemos denunciar es la persecución inmoral que se practica contra los refugiados y migrantes”, dijo el máximo responsable de Amnistía Internacional en España.