· Los ejemplares han disfrutado durante años de las atenciones requeridas para su cuidado en el museo, pero la nueva normativa de protección animal considera que requieren de un hábitat más adecuado
- Las aves serán acogidas por el parque zoológico y jardín botánico Palmitos Park, lugar de procedencia de uno de ellos
Las Palmas de Gran Canaria, 23 de abril de 2024.- Procurar el bienestar animal y dar cumplimiento a la ley. Esta es la principal justificación que motiva la decisión de la dirección de la Casa de Colón, en coordinación con el Servicio de Museos del Cabildo de Gran Canaria, de solicitar al parque zoológico y jardín botánico Palmitos Park, en el sur de Gran Canaria, el acogimiento conjunto de Chicho y Yaiza, dos ejemplares de guacamayo que vivían en el museo.
El traslado de los dos guacamayos, con todos los requisitos fitosanitarios pertinentes, se llevó a cabo en la mañana de hoy martes, día 23 de abril, después de haber cumplimentado todos los trámites y procedimientos que requería una actuación de este tipo.
Los ejemplares, un macho de la especie ‘Ara chloroptera’ y una hembra ‘Ara ararauna’, han disfrutado, hasta este momento, de las atenciones requeridas para su cuidado, pero, como explica la nueva directora del museo de Vegueta, Carmen Gloria Rodríguez Santana, “su existencia sería considerablemente mejorable en un hábitat más adecuado, un lugar más idóneo que aúne las condiciones óptimas para la vida de estas dos aves”.
La procedencia legal de ambos es algo que queda fuera de toda duda. En el caso del macho, con número de microchip, que cariñosamente es conocido como Chicho, fue donado por la Consejería de Turismo del Cabildo de Tenerife en el verano de 1996. La recepción de la hembra ‘Ara ararauna’, a la que se conoce como Yaiza, se gestionó a través del Patronato de Turismo de Gran Canaria, con la intermediación de la que fuera su presidenta María Concepción de Armas Fariñas. En este caso, el traslado de este ejemplar se llevó a cabo precisamente desde Palmitos Park a la Casa de Colón en el año 2001.
La dirección de la Casa de Colón incide en el hecho de que “se han intentado ofrecer en este equipamiento museístico las mejores de las condiciones para el desarrollo de la vida a estos dos animales, trasladándolo a un entorno más favorable donde disfrutar lo que les reste de vida en compañía de otras aves de su especie”.
Por otro lado, el equipo de responsables museísticos explica que la entrada en vigor de la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, “también nos conciencia sobre la necesidad de procurar lo mejor a estas aves y es reflejo del cambio de mentalidad que ya va siendo compartido de forma mayoritaria por la sociedad”, justifica la directora de la Casa de Colón, Carmen Gloria Rodríguez.
La última ocasión en la que los dos ejemplares se vieron obligados a salir, aunque temporalmente, de la Casa de Colón, fue hace cuatros años cuando fueron trasladados a un centro veterinario de la zona de Tafira, al ser sometido el citado museo a un intenso proceso de higienización en la que se emplearon agresivos productos desinfectantes y soluciones químicas en las tareas de nebulización que llevó a cabo una empresa especializada, tras detectarse, en agosto de 2020, un caso de positivo por covid-19 en una trabajadora que prestaba sus servicios en el área de las instalaciones administrativas de dicho centro cultural.