- Los restaurantes, bares y cafeterías de la zona aseguran que agotaron sus productos en menos de cinco horas y que, a pesar de reforzar el personal, se vieron desbordados desde el comienzo del evento
- Las bodegas participantes en la iniciativa también garantizan que se superó el éxito de ediciones anteriores y que las 1.700 copas en venta no fueron suficientes para cubrir la demanda existente
Telde, a 29 de octubre de 2024. Sin existencias de comida, a falta de copas y desbordados. Así se vieron los locales del barrio de San Juan y los puestos participantes de restauración y bodegas locales en la última edición de Noche de Vino, Tapas y Culturas de Telde. Si bien muchos fueron previsores y aprendieron de los resultados del año pasado, tampoco fue suficiente para hacer frente al éxito que aconteció lo de este viernes, donde las tapas, a pesar de haber miles de ellas, faltaron, en menos de cinco horas, y las 1.700 copas para el vino puestas a la venta no cubrieron la demanda existente.
Miles de personas, entre locales y visitantes, de incluso fuera de la Isla, fueron las causantes de la revolución que vivieron los restaurantes, bares y cafeterías del casco histórico de la ciudad este viernes. Por la calle principal, cerrada al tráfico, iban y venían transeúntes sin parar y las colas para consumir en los locales superaban la media hora hasta ser atendidos, porque, a pesar del refuerzo de personal, la afluencia de gente no cesó desde que comenzó la actividad, a las 20.00 horas, hasta la finalización de la misma. La lluvia no fue un impedimento para que los asistentes siguieran disfrutando de la comida y la bebida local, así como del buen ambiente que se creó y la música que supuso la guinda del pastel, en la plaza.
Dentro de la misma, en las carpas habilitadas con las tapas y los vinos a degustar, el escenario fue prácticamente el mismo: colas inacabables, un público que disfrutó de cada instante y vendedores que, incluso, tuvieron que reponer existencias de sus propios locales ya consolidados en el barrio.
“A pesar de tener en cuenta los buenos resultados del año pasado, llegó un momento de la noche en esta edición en la que nos quedamos sin pan y tuvimos que anunciara a las personas que aún estaban en cola que nos quedaban los últimos 40 bocadillos”, relata Arianne Cuesta, propietaria de Juan Jamón, mientras asegura que se trata del año que más desbordados se han visto, “a pesar de aumentar nuestro personal de dos a ocho personas, que no pararon desde las siete de la tarde hasta la una de la madrugada”.
Así, mientras su marido Xavier Fadón estuvo al frente del negocio durante la celebración, Cuesta asegura que “llegamos a un momento en el que no dábamos a basto, con ventas mucho mejor de lo esperado y con afluencia de personas que no habían consumido nunca antes en nuestro local”. Con ello, unos 300 bocadillos despachados en tienda y unas 60 raciones de cada una de las seis tapas diferentes vendidas en el puesto de la plaza que, afirma, “no fueron suficientes” para cubrir lo que ha comparado con la Navidad de su negocio, que afirmar ser la mejor época del año para su local, “pero en pleno octubre”. “Viendo lo visto, de cara al año que viene nos prepararemos con más existencias, más bocatas listos con antelación y más personal”, concluye la propietaria.
Noelia Morales, encargada de La Boheme, hace hincapié en que, a pesar de estrenarse como cafetería en San Juan este año y también como participantes en la Noche de Vino, Tapas y Cultura, creían que iban prevenidos para el evento, “pero no fue suficiente”. Como Juan Ramón, también agotaron existencias y se vieron sin comida. “Los 1.200 montaditos que pusimos en la plaza volaron y tuvimos que seguir reponiendo desde el local, que también estaba lleno”, garantiza la responsable del establecimiento. “Sin duda, fue mucho mejor de lo que esperábamos, vendimos absolutamente todo y queremos repetir el año que viene, aunque esta vez con más de todo y empezando a cocinar mucho antes”, agrega.
Litros de vino
Si la comida fue protagonista en la gran noche celebrada en San Juan el pasado viernes, los litros de vino fueron su mejor aliado. Así, las colas para degustar los diferentes tipos de las distintas bodegas presentes en la plaza de San Juan también se volvieron interminables. “El público tenía ganas de disfrutar de esta noche esperada y ni la lluvia hizo que el evento parara”, resalta Luis López, propietario de La Higuera Mayor, quien afirma haber acabado también las existencias de alguno de sus vinos.
Contento con la iniciativa, cuenta que vendió unas 90 botellas de su producto en total y que se trató de “una gran ocasión donde las bodegas darnos a conocer, con un ambiente inmejorable y buena música, en el que un público de todas las edades se lo pasó de maravilla, en la calle, y por muy poco dinero”.
En este sentido, el dueño del Bochinche Bodega La Montaña, Jerónimo Marrero García, describe la velada como “un éxito rotundo”. “Menos mal que, como soy bastante exagerado, aprendí de ediciones anteriores, cargué de más y me llevé 180 botellas de las que solo me traje de vuelta unas 30”, explica satisfecho.
“En esta edición el Ayuntamiento se ha superado con grupos de música muy acertados, una muy buena organización tanto para el público como para los establecimiento participantes, aumentando el espacio entre las carpas, cuidando el ponernos facilidades para la carga y descarga de mercancía con los vehículos y haciendo que todo saliera perfecto”, concluye el viticultor asegurando que ya espera con ganas la próxima Noche de Vino, Tapas y Cultura de Telde.