Cáritas Diocesana de Canarias, en comunión con la Iglesia y en sintonía con la red de Caritas Internationalis, manifiesta su profunda preocupación y dolor por la dramática situación que atraviesa la población civil en Gaza
Viernes, 5 de septiembre.- Los continuos ataques, el bloqueo prolongado y la falta de acceso a bienes básicos como alimentos o medicamentos han generado una crisis humanitaria sin precedentes, en la que los más afectados son niñas y niños, mujeres y personas mayores. La utilización del hambre y la privación de recursos básicos para la ciudadanía como instrumentos de guerra constituyen una violación gravísima de la dignidad humana y de los principios fundamentales del derecho internacional humanitario.
Constatamos con dolor que gobiernos, empresas y corporaciones contribuyen a esta catástrofe mediante el apoyo militar, económico o diplomático directo. La pasividad de la comunidad internacional no es neutralidad, es aprobación, connivencia y silencio cómplice.
Como organización de la Iglesia, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la vida, la paz y la justicia, y nos unimos a la voz del papa Francisco que sigue resonando en su denuncia: «o nos salvamos todos juntos o no se salva nadie» (Fratelli tutti).
Cáritas Diocesana de Canarias se pronuncia en sintonía con las manifestaciones de Cáritas Internationalis y de otras organizaciones eclesiales y humanitarias, y solicita con urgencia y sin más dilaciones las siguientes acciones:
- Un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza.
- El acceso humanitario sin restricciones para garantizar alimentos, medicinas y asistencia a la población civil.
- La liberación de rehenes y de las personas detenidas arbitrariamente.
- La protección de la población civil, con especial atención a las personas más vulnerables: niñas y niños, mujeres y personas mayores.
- La aplicación efectiva de las resoluciones y dictámenes de la comunidad internacional para avanzar hacia una paz justa y duradera.
La hambruna y el sufrimiento de tantas personas en Gaza nos interpelan como comunidad cristiana y como sociedad civil. No podemos permanecer indiferentes ante la injusticia y el dolor de quienes sufren cada día la vulneración de sus derechos básicos.
Permanecer en silencio no es una opción. Dejar morir de hambre a un pueblo es profanar la vida y una maldad sin límites, y la indiferencia y el silencio nos hacen cómplices de esta barbarie. Gaza no puede esperar más palabras: clama por el respeto a la vida, el cumplimiento de los derechos humanos y la salvación como pueblo.
Cáritas Diocesana de Canarias invita a todas las personas de fe y buena voluntad a mantener la oración constante por la paz, a mostrar solidaridad con el pueblo palestino, a comprometerse con la paralización de esta barbarie y en la construcción de un mundo en el que la fraternidad y la justicia social prevalezcan sobre la violencia y la crueldad.