- El centro alfarero ha sido rehabilitado gracias a una subvención de la Consejería de Artesanía
- El horno de una cámara, similar al de La Atalaya y al de Hoya Pineda, es uno de los últimos testimonios de este tipo de construcciones en la Isla
Telde, 26 de junio de 2018.- El Horno Justo Cubas, el único de Gran Canaria con tres formas de cocción de cerámica a leña, vuelve a partir de este martes a recuperar el trajín de artesanos y a ser un punto de referencia de la alfarería tras una inversión de 50.000 euros del Cabildo de Gran Canaria que el Ayuntamiento de Telde empleó para realizar una profunda rehabilitación.
La alcaldesa de Telde, Carmen Hernández, la consejera de Artesanía del Cabildo, Minerva Alonso, y la concejala de Cultura, Marta Hernández, junto a familiares del reconocido locero fallecido en 2008, mostraron su satisfacción por la reapertura de este centro de alfarería construido hace más de 30 años por Cubas y que la Fedac acondicionó en 1993 a la vez que construyó un horno de una cámara.
Y es ese horno de una cámara una de las riquezas que atesora el recinto, ya que es una reproducción de los antiguos hornos alfareros de La Atalaya de Santa Brígida y que junto al de Hoya de Pineda de Gáldar es uno de los últimos testimonios de este tipo de construcciones en Gran Canaria, usadas por los artesanos para guisar la loza tradicional a una temperatura de hasta 800 grados.
El centro ubicado en el barrio teldense de El Hornillo tiene también otra joya, un guisadero u horno de calle similar al utilizado en Lugarejos, en Artenara, que alcanza los 800 grados, temperatura necesaria para que las piezas realizadas en barro canario adquieran la consistencia para su uso diario.
El tercero de los hornos que confieren a este recinto su particularidad es el de dos cámaras y que durante esta última reforma fue trasladado de emplazamiento y reconstruido, lo que ha permitido que alcance mayores temperaturas, de hasta 1.200 grados, con un menor consumo de madera y que la cocción que hace posible el esmaltado de las piezas sea más uniforme.
La nueva ubicación del horno de dos cámaras permite disponer de un espacio más diáfano, además de protegerlo de las inclemencias del tiempo para una mejor conservación.
El recinto cuenta también con un sitio para trabajar al aire libre y con una sala de formación para impartir nuevos cursos que fue también rehabilitada junto a la leñera y los baños.
Telde y Gran Canaria recuperan así un espacio que sufrió un lento deterioro tras la muerte de Cubas y que con esta reforma volverá a ser un punto de encuentro de artesanos y alumnos que acudieron hoy a arropar a la familia del locero durante el acto de reapertura donde fue descubierta una placa en su memoria.
Un profesional de la alfarería canaria
Justo Cubas fue hasta su fallecimiento el locero más longevo de Gran Canaria y reconocido maestro de varias generaciones, aunque no solo creó escuela, sino que abrió su casa y taller en El Hornillo a amigos y discípulos.
Nació en Artenara en 1915 y tras pasar por varios oficios comenzó a aprender la alfarería tradicional canaria de la mano de la locera conocida como La Cieguita en 1944, pocos años después de regresar a su municipio tras ser herido en combate en Teruel durante la Guerra Civil española.
En la década de los setenta fijó su residencia en Telde y desde allí acudió a diario a San Mateo a trabajar en el Museo Cho Zacarías para dar clases de alfarería y exhibir su trabajo a los turistas hasta 1980.
A lo largo de su vida recibió galardones de varias instituciones, entre ellas del Cabildo de Gran Canaria que le entregó el Roque Nublo a título póstumo en 2008, además del Ayuntamiento de Artenara, que en 2005 lo distinguió con la Insignia de Oro del municipio.