El pregonero abrió las fiestas, que se celebran en el casco de Mogán hasta el próximo martes 13 de junio, con un mensaje de ánimo a los vecinos para que salgan a la calle y disfruten de la actividades, al tiempo que agradeció su elección en esta edición, lo que supone una gran responsabilidad al tratarse de las fiestas principales de Mogán y frente a “un San Antonio que me vio crecer”.
“Uno no tiene muchas ocasiones para proclamar lo que desea en público, lo que ha sido su vida y compartir experiencias con el pueblo al que querré siempre”, precisó durante su intervención en la Plaza Nicolás Quesada, a la que han asistido casi 500 personas a presenciar los actos del primer día de las fiestas.
El carismático pregonero se ha presentado como un hombre agradecido por el trato que le brindaron los vecinos de Mogán cuando llegó al pueblo con cuatro años en una cesta, que transportaba una burra desde Tejeda.
A los seis años, tras la primera comunión, su vida consistía en estudiar y cuidar a los animales, así como jugar en espacios de tierra con pelotas de tiras de platanera, o bañarse en charcos de los barrancos convertidos en piscinas en aquel entonces.
El momento más emotivo de la noche llegó al recordar a su madre que falleció cuando tan solo tenía 7 años. Entre lagrimas y aplausos de aliento del público agradeció a todas las vecinas que se volcaron en criarlo junto a su hermano, entre ellas Lazarita y Eufemita Navarro.
En cuanto a las fiestas, con tan sólo 2 pesetas disfrutaba de las rondallas, un gramófono y los bailes alrededor del quiosco. Al poco tiempo “las cosas cambiaron y con 9 pesetas ganadas tras la venta de varios racimos de plátanos” se podía comprar turrones de La Mollera, juegos de ruleta, la balinera y hasta un plato de carne de cochino, indicó.
Una persona muy comprometida
La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, inició el acto con la presentación del pregonero, aunque antes quiso agradecer al Gobierno de Canarias el patrocinio del evento que se prolongó hasta la madrugada.
La alcaldesa explicó que la elección de Juan Bueno responde a su generosidad como “persona muy comprometida, que ha dedicado todo su tiempo a los vecinos”.
El pregonero, nacido en El Juncal de Tejeda en marzo de 1943, de padre moganero y madre tejedense, llegó al municipio a los cuatro años y residió con su familia en el barrio Molino de Viento, recordó.
A los 30 años se hizo cargo de la Cooperativa Agrícola de Mogán y logró posicionarla en el primer puesto de exportaciones de berenjenas de España, donde consiguió hasta dos millones y medio de kilos anuales, por lo que recibió hasta tres medallas de oro a la exportación nacional.
La regidora municipal destacó su labor en la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Frutas y Hortalizas constituida inicialmente por 47 cooperativas, donde fue fundador y secretario durante 10 años.
Sobre su faceta social subrayó su implicación a través de la Asociación Juvenil Fortaleza y como miembro del Consejo Escolar de Mogán casco durante 20 años. Además, fue fundador de Club Sociocultural Tahona.
Entre las anécdotas, resaltó el viaje a Italia con la visita a Padua, donde más de 80 moganeros entonaron el popular Canto de Los Pajaritos frente a la Catedral de San Antonio, ante el asombro de los viandantes.
Noche de Folklore
Posteriormente, el escenario ambientado con terrazas típicas canarias y murales con motivos tradicionales como la vestimenta, cestas y otros complementos, acogió al grupo local El Mocán, que inició la primera actuación del Festival Regional de Folklore VIII “Memorial Juan José Rodríguez Sánchez”, en la que actuó la agrupación Sabinosa de la isla de El Hierro y Los Gofiones.
La agrupación regional interpretó música de creación popular y folclórica dedica a las siete islas, entre ellas la canción “Caja de turrón” del disco grabado con motivo del 30 aniversario, una seguidilla dedicada a las principales fiestas.
Durante la actuación estuvieron acompañados por la agrupación folclórica El Mocán para interpretar conjuntamente con música y bailes unas folias, un repertorio que se prolongó durante 80 minutos y en el que destacó la gran participación y entrega del público.
Asimismo, destacó la puesta en escena de recreaciones de los bailes de San Pascual, que consistían en un lazo en medio de una vela que marcaba el tiempo en el que, primero las mujeres elegían a los hombres para bailar, y viceversa.
Se trataba de bailes de integración que se desarrollaban en pueblos dispersos y en espacios reducidos en casas particulares, que animaron la noche con escenas tradicionales y a la vez cómicas de la cultura canaria.