A pesar de que con solo diez años tuviera que abandonar el colegio para ir a trabajar a las plataneras en la Vega de Gáldar, trabajo que realizó toda su vida, hasta su jubilación con 64 años de edad, nunca ha dejado de ser feliz y de tener una salud de hierro, solo recuerda haber enfermado en una ocasión por el veneno que tenía que poner en su trabajo en las fincas.
Hijo de José Benítez y Rosario Vega, fue el segundo de diez hermanos y una vez casado con Gertrudis Álamo Mendoza a la que recuerda con sentida emoción, siguió viviendo en Palma de Rojas. Con su esposa tuvo cinco hijos Santiago, Pino, Gertrudis (que ya falleció), Carmen y Juan Manuel. En la actualidad vive con su hija Carmen en Los Dos Roques y tiene, de momento, 14 nietos, 13 bisnietos y 4 tataranietos.
Junto a la pesca, los pájaros y la música, han sido siempre sus aficiones y espera seguir en esta vida sin sufrir porque solo desea irse sin darse cuenta, como él mismo dice, de un día para otro, cuando llegue ese momento.
Se puede constatar que se encuentra muy bien de salud y con ánimo como así le reconoció al alcalde galdense Teodoro Sosa que quiso festejar con él y su familia, tal y como es costumbre cuando un vecino llega al siglo de vida, este momento especial al que se sumó con un ramo de flores y una tarta de cumpleaños con esa cifra mágica de tres números, los cien años bien vividos de Santiago Benítez Vega, quien el próximo sábado y ya con toda la familia al completo, volverá a celebrar por segunda vez, este siglo de vida.