Lunes, 29 Octubre 2018 16:00

La Casa de Colón invita al público familiar y escolar a ‘vivir la muerte’ al modo mexicano

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Este sábado, 3 de noviembre, tendrá lugar una sesión especial gratuita para familias con inscripción previa, que se suma a las visitas guiadas para centros educativos alrededor de la tradición del Día de Muertos

  • Desde el miércoles se podrá visitar también gratuitamente el Altar de Muertos, dedicado a las víctimas estudiantes de la masacre de Tlatelolco

 

Las Palmas de Gran Canaria, 29 de octubre de 2018.- La Casa de Colón, como viene haciendo desde hace más de una década, lleva de la mano al público familiar y escolar por otro modo de ‘vivir la muerte’ con un taller basado en la tradición mexicana del Día de Muertos. La iniciativa incluye la celebración de una sesión especial gratuita para familias el sábado, 3 de noviembre, a partir de las 12.00 horas.

Además, y desde este miércoles, 31 de octubre, ya podrá visitarse de manera también libre y gratuita el Altar de Muertos, dedicado este año a las víctimas estudiantes de Tlatelolco (México), cuando se cumplen cincuenta años de la masacre del 2 de octubre de 1968, que significó un punto de inflexión en la historia de México, país social y políticamente distinto tras unos hechos que sacudieron al mundo en la antesala además de los Juegos Olímpicos.

La actividad del sábado ofrece una visita guiada a la cripta del Museo –espacio donde se exhiben los fondos de la arqueología precolombina- para realizar un primer acercamiento a la muerte en las sociedades mesoamericanas. Luego tomará el protagonismo el Altar de Muertos con una explicación sobre los elementos que lo integran. Cada niño y niña, además, se llevará a casa una máscara colorida y cadavérica que habrá elaborado con sus propias manos.

Las familias interesadas en participar en el taller del sábado deben inscribirse llamando al teléfono 928 312 373 o escribiendo a la dirección de correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

Esta iniciativa se suma a un mes de noviembre ‘de muerte’ que incluye un programa de visitas guiadas para centros educativos alrededor de la tradición mexicana de los difuntos.

De cara al público en general, el Altar de Muertos permanecerá expuesto hasta final del mes de noviembre. La Casa de Colón da continuidad así al altar que en años anteriores ha estado dedicado a figuras como los escritores Octavio Paz, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, la actriz María Félix, el cantante Juan Gabriel o la pintora Frida Kahlo, entre otras celebridades.

La tradición del Día de Muertos

El Día de Muertos es una tradición mexicana que mezcla rituales católicos con creencias prehispánicas, ambas simbolizadas a través de los altares y ofrendas, por las cuales se considera que los muertos retornan una vez al año para encontrarse con sus seres queridos.

Los Fieles Difuntos, en la tradición occidental es, y ha sido, un acto de luto y oración para que descansen en paz los muertos. Y al ser tocada esta fecha por la tradición indígena se ha convertido en fiesta, en carnaval de olores, gustos y amores en el que los vivos y los muertos conviven, se tocan en la remembranza.

La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil. La ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es también un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo.

La Unesco declaró la festividad Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entre otras valoraciones, por considerar que es “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país”.

Asimismo, la Unesco destaca que “ese encuentro anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y contribuye a la afirmación de la identidad” y subraya que “aunque la tradición no está formalmente amenazada, su dimensión estética y cultural debe preservarse del creciente número de expresiones no indígenas y de carácter comercial que tienden afectar su contenido inmaterial”.