- Más de un siglo después del estreno en Madrid de esta obra de Pérez Galdós, la actriz María de Vigo sustituye al frente del reparto a la gran María Guerrero, que, como reflejó la prensa de la época, la protagonizó en 1914. No se representa desde entonces
- El grancanario Víctor Formoso adapta y dirige la nueva versión, que podrá verse los próximos 21 y 22 de diciembre coincidiendo con los fastos que recuerdan el nacimiento del insigne autor hace 175 años y su fallecimiento hace cien
Las Palmas de Gran Canaria, 12 de diciembre de 2018.- Madrid, 1914. En un mundo convulso a las puertas de la Primera Guerra Mundial, Benito Pérez Galdós estrena su particular versión de un clásico de Eurípides: ‘Alceste’.
El autor, que afrontaba arruinado y enfermo el final de sus días (moriría en 1920), llevaba dos décadas trabajando en el proyecto, para el que contó con el asesoramiento de la actriz y empresaria teatral María Guerrero, a la sazón protagonista también del montaje.
Con la asistencia de la familia real, el estreno del espectáculo, para el que no se escatimó en medios, tuvo lugar el 21 de abril en el Teatro de la Princesa de la capital, y suscitó gran interés en la prensa de la época, que le dedicó portadas y buenas críticas, como recuerda en la sección “Madrid y Galdós” de su blog Historia Urbana de Madrid el especialista Eduardo Valero, quien profusamente ha investigado sobre la relación del escritor con la ciudad que lo adoptó a partir de 1862.
“Dando muestras una vez más de un criterio artístico sano y hospitalario, la empresa del teatro de la Princesa nos ofreció ayer, coincidiendo con el beneficio de María Guerrero, las primicias de la célebre tragedia de Eurípides, refundida y mejorada por el maestro Galdós […], (que) ha respetado el pensamiento del poeta griego en toda su integridad”, publicó ‘Heraldo de Madrid’ a la mañana siguiente de la premiere.
También aquel día, el propio Galdós remitía a ‘El país’ de la época una carta “a los espectadores y lectores de Alceste”, que más tarde sería incluida en la edición impresa de la obra y en la que justificaba una serie de licencias respecto al texto original de Eurípides para presentarlo “en forma teatral con procedimiento y estilos modernos”, como en las jornadas venideras atestiguarían también ‘El duende’, ‘La ilustración artística’ o ‘La esfera’.
Precisamente, un ejemplar de ese último periódico custodiado hoy en la Biblioteca Nacional destacaba: “Sin amoldarse rigurosamente al mito, aderezando la fábula original con cimientos nuevos, y adaptando el procedimiento técnico a los gustos actuales del público, el insigne Galdós ha sabido componer una de las obras teatrales más considerables del teatro contemporáneo”.
El resultado: una fábula mitológica de enorme valor, pero también un texto político, que defiende la abnegación, el altruismo y el interés general junto a la importancia de la regeneración, lo que le otorga una vigencia indudable incluso en nuestros días.
Regreso de un mito
Ahora, más de un siglo después de su estreno y como suele ocurrir con los grandes clásicos, aquella versión de ‘Alceste’, uno de los textos más desconocidos de su autor, vuelve a representarse, por vez primera desde entonces, en el marco del llamado Bienio Galdosiano (2018-2020), con el que el Cabildo de Gran Canaria y otras instituciones conmemoran el 175º aniversario del nacimiento del insigne escritor y el primer centenario de su fallecimiento.
Así lo asegura el también grancanario Víctor Formoso (Las Palmas de Gran Canaria, 1983), quien firma esta adaptación cuyo estreno está previsto los próximos 21 y 22 de diciembre sobre las tablas de un recinto también isleño, el Teatro Cuyás, gestionado por la Corporación Insular a través de su Fundación de las Artes Escénicas y de la Música.
Esta entidad, que está presidida por el consejero de Cultura, Carlos Ruiz, invitó a seis compañías locales experimentadas a que presentaran proyectos con los que dotar de contenido al apartado escénico del Bienio Galdosiano. Finalmente, se realizaron cuatro propuestas, de las que, además de ‘Alceste’, resultó seleccionada la versión de ‘Misericordia’ planteada por Profetas de Mueble Bar, la cual se exhibirá ya en 2020.
A propósito de ‘Alceste’, explica Víctor Formoso que no ha hecho una versión, sino “una adaptación, para poder eliminar personajes y llevarla a cabo”. “No me he atrevido a ponerle ni una coma a la palabra de Galdós ni a hacer ningún añadido, simplemente he unificado algunos personajes para intentar dejar la esencia galdosiana completamente intacta”, aclara.
Así, el dramaturgo, que además dirige el montaje optando por una puesta en escena conceptual que roza el minimalismo para poner en valor las ideas que defiende el texto, cuenta para la ocasión con un reparto “muy coral” de diez actores, frente a la veintena original.
Integran el nuevo elenco María de Vigo, que sustituye a Guerrero en el papel protagonista (a su juicio, “toda una responsabilidad”), Mingo Ruano (Admeto), Nati Vera, José Luis de Madariaga, Lamberto Guerra, Pepe Batista, Kevin Sánchez, José Manuel Trujillo y Mari Carmen Sánchez, quien hace unos años dio el salto a la televisión nacional dando vida a Candelaria en la serie ‘El tiempo entre costuras’, basada en el superventas homónimo de María Dueñas.
“El público se va a sorprender porque no es un Galdós al uso, aunque sigue su dinámica de autor visionario y político”, según Sánchez, que interpreta a la “madre mala” de Admeto.
“Estoy deseando que llegue el día de poner la obra en pie, porque estoy convencida de que va a sorprender muchísimo, es un Galdós que nadie se espera”, afirma la actriz, que refrenda así a su director: “El lenguaje de ‘Alceste’ es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a leer y a ver de Galdós”, según Formoso.
La historia
El rey Admeto de Tesalia es condenado a muerte por la diosa Artemisa, a quien olvidó ofrendarle piezas de caza después de contraer matrimonio con la inteligente y respetable Alceste, pero su fiel amigo, el dios Mercurio, consigue que su suerte cambie: Admeto no tendrá que morir si alguien de su familia ofrece su vida a cambio de la suya. Ante la negativa de sus padres a dar la vida por su hijo, Alceste se ofrece a sacrificarse en favor de su marido, hecho que Admeto intenta evitar infructuosamente. Al conocer los hechos, Hércules, que se hospeda en casa de del rey, decide devolver la vida a su esposa.