En el último pleno ordinario del Ayuntamiento de la Villa de Ingenio celebrado hace una semana, se aprobó la propuesta de nombramiento como pregonera de las fiestas de Nuestra Señora de la Candelaria y San Blas 2018, de la poetisa ingeniense Clotilde Cruz Peña.

 

Clotilde Cruz Peña nace el 3 de junio de 1927 en el barrio más antiguo de Ingenio: Aguatona. Su infancia se desarrolla con una enorme ilusión y curiosidad por aprender. La enseñanza que puede adquirir en esos años la consigue en la antigua y única escuela que une lo que es hoy Cercado Grande y Aguatona. Es aquí donde su apreciada e inolvidable profesora, Doña Candelaria Marrero, le enseña lo esencial para defenderse en la vida. Sin embargo, su ilusión de seguir estudiando se ve truncada por las consecuencias que produce la guerra civil. A pesar del poco tiempo que puede acudir a la escuela, desarrolla un don especial en la literatura. Sentía gran afición por la poesía, sobre todo al leer un libro que había en la escuela titulado "Los niños y las flores", del cual conserva algunos poemas en su prodigiosa memoria.

 

En el año 1947, contrae matrimonio con D. Francisco González Peña. De esta unión nacen ocho hijos a los que dedicó toda su vida. En el año 83, a sus cincuenta y seis años y sentada en su máquina de coser usada como escritorio, sintió la inspiración y el impulso por hacer poesía para una de las fiestas celebradas en el barrio de Aguatona. Recordaba de sus antepasados, abuelos, vecinos y otros parientes, las anécdotas y maravillas que contaban de lo que fue este barrio cuando el agua brotaba a borbotones en sus nacientes. De ahí renació su primer poema "Aguatona y su pasado". Posteriormente continuó escribiendo poemas sobre anécdotas familiares, acontecimientos, cuentos, refranes, adivinanzas, cantos populares y obras de teatro, de las cuales se han representado cinco de ellas por el grupo de teatro del barrio.

 

En el año 1990, y en compañía de su esposo, viajó a Ciudad Real, para cumplir su ilusión y volver a ver, al cabo de tantos años, a aquella única maestra que tuvo y con la que aprendió mucho en pocos años. Mujer ejemplar en la enseñanza y en sus buenos sentimientos. Todos los que fueron sus alumnos y vecinos del barrio la recuerdan con mucho cariño y admiración. Entre los años 1992 y 2001, Clotilde sufre las pérdidas de su marido, uno de sus hijos, dos nietos y a su madre. Familiares muy allegados a los que Clotilde ha dedicado unos poemas de gran intensidad emotiva. Estas irreparables pérdidas y algunos problemas de salud, ya superados, no han limitado su inspiración y le han dado fuerza a su genio creativo para seguir redactando bellas composiciones poéticas hasta el día de hoy.

 

La poesía ha sido una poderosa herramienta y una gran aliada que le ha permitido dar respiro a su alma y aliviar penas y sufrimiento. Y cómo no, también ha servido de recurso para recordar cualquier acontecimiento y anécdota simpática, expresarlo en verso y compartir en clave de buen humor, siempre desde el respeto y con cariño. Sobre todo, tiene el don de su prodigiosa memoria en la que custodia muchas de esas creaciones y las recita muy gustosamente a toda aquella visita que pare en su casa, o donde quiera que vaya. Recitar es uno de sus grandes goces.

 

En su trayectoria como poeta rural, como la han denominado en alguna ocasión, ha podido editar y compartir sus creaciones en tres libros: RAICES, publicado en el año 1999 por el ayuntamiento de Ingenio, en el que Clotilde participa junto a otros poetas del pueblo; “Antología poética: 125 poemas para el recuerdo”; Su primer libro propio, publicado en 2007 por la Fundación Canaria Blas Sánchez. “Por las veredas del tiempo (Romances)”;  y su segundo libro, publicado por ella misma y presentado el 24 de abril de 2015. Era su ilusión, desde hacía un tiempo, recoger el resto de sus poemas sin editar y compartirlos. En este último trabajo, tuvo la ayuda y colaboración de sus hijos y de D. Juan Martín Guerra “Juanele”, gran amigo de Clotilde, escritor, poeta y prologuista de este libro.