Domingo, 10 Marzo 2024 21:44

Guía devora más de 4.000 kilos de los mejores quesos de Europa

  • La VII Feria Europea del Queso, organizada por la Mancomunidad del Norte de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Santa María de Guía y con la colaboración con el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, ha supuesto un nuevo éxito de participación con la asistencia de más de 30.000 devotos de esta joya gastronómica. 

  • Las 32 queserías participantes en esta cita, enmarcada en la European Cheese Route y que se ha desarrollado este fin de semana en el Mercado Agrícola de Guía, agotaron sus existencias a las pocas horas y algunas quedaron sin género para el segundo día de Feria. 

  • Canarias es el territorio donde más queso se consume de toda España, con una ingesta media de 11,30 kilos por persona al año frente a los 7,8 kilos de media nacional. El Archipiélago ostenta tres Denominaciones de Origen: Queso Palmero, Queso Majorero y Queso de Flor y Media Flor de Guía. 

Sin descanso. Así estuvieron las 32 queserías participantes en la VII Feria Europea del Queso, que este fin de semana se celebró en Santa María de Guía. Había ganas de degustar y comprar queso y así lo demostraron los 30.000 asistentes, que marcaron un nuevo récord de participación en esta cita gastronómica de reputado prestigio internacional, y que se llevaron a casa más de 7.5 kilos de queso por persona. La Mancomunidad del Norte de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Santa María de Guía, con el apoyo del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, han organizado una Feria que ya es ineludible para los más ratones, y también para turistas curiosos o reputados críticos culinarios. Con cifras sin precedentes de participación y ventas, este municipio del norte de la isla se coronó este 9 y de 10 de marzo como la capital de los mejores quesos del Viejo continente. Con productos llegados de todo el Archipiélago, así como de Cataluña, Valladolid, Menorca, Cáceres, País Vasco, Asturias, Cádiz, Portugal e Italia, la última edición de esta Feria ha consolidado la reputación internacional de un evento en el que se despacharon más de 4.000 kilos de queso. Tal fue la aceptación, que muchos artesanos se quedaron sin género a las pocas horas de arrancar la Feria y no tuvieron existencias para la segunda jornada.  

Los más previsores entraron desde primera hora por las puertas del Mercado Comarcal de Guía, que concentró las decenas de expositores de los diferentes artesanos, para hacerse con algunos de los afamados quesos que invitaban a degustar los productores. Eso sí, se armaron de paciencia para recorrer las instalaciones y acceder a ellas, porque los accesos al recinto quedaron colapsados pese al amplio dispositivo de tráfico y de transporte público organizado.  

Fue el caso de la grancanaria Yomara López, que se llevó a casa una “buena cuña de queso catalán de la Fortmatgeria Palou de Ripollés”. De esta explotación familiar, que dirigen Dolores y Jaime, sale el pastís de mató. Sus 100 cabras de raza payoya dan una leche con la que elaboran este famoso y exclusivo queso, parecido al flan o a la tarta de queso, y que solo se vende en algunos mercados locales. “No queríamos quedarnos sin él”, cuenta esta vecina de la isla, que pudo hacerse con uno de los algo más de 100 de estas joyas que esta quesería trajo desde Cataluña hasta Gran Canaria, junto a otros 300 pelud y floc. Junto a su marido, Yomara se animó a acudir a esta cita después de hacerlo en 2023 en la edición anterior, celebrada en Tejeda. “El año pasado no pudimos probar algunos quesos internacionales y éste no queríamos perder la oportunidad, así que hemos decidido madrugar”, dice. Con gestos así, la satisfacción de los productores como la balear Rafaela Pons no pudo ser mayor. Esta quesera, que lleva desde 2020 acudiendo a esta Feria, vendió todas las existencias de un queso que elabora en Mahón, en Menorca, con Denominación de Origen Protegida y que le llevó a ganar en 2012 el concurso en la categoría de mejor semicurado.  

Las filas de coches no dieron respiro a los dispositivos de tráfico, que se encargaban de organizar los accesos al Mercado, mientras las migajas de queso se esparcían por los diferentes stands y los artesanos no paraban de despachar. La organización ya había avisado a los productores de la mayúscula aceptación que la Feria ha tenido en todas sus ediciones. Pero, aún así, fue una sorpresa para los responsables de la quesería cacereña Doña Francisca, que están ya acostumbrados a las visitas guiadas que realizan a la fábrica en la que elaboran la conocida torta del Casar, aunque “no tanto”. O, para Guillermo Pendás, el responsable de la asturiana Los Puertos, y que tiene en su haber el ser el artífice del queso de Cabrales más caro del mundo. Los 30.000 euros, que un restaurante de esta Comunidad Autónoma pagó en una subasta, le han valido para entrar en el Libro Guiness de los Récord con el queso subastado más caro del mundo. 

De Italia llegó la mozarella, pero de Portugal llegó un queso parecido al de Flor, que ya es un fijo en esta Feria, y que está cuajado con cardo dándole un sabor y textura suave y mantecosa. Los algo más de 200 kilos, que se vendieron de este producto, los trae Sonia Marroyo en representación de la quesería Quinta do Pomar, “que aterrizó en esta cita en 2018”.  “Siempre es un gusto reencontrarse con compañeros del sector y ver cómo los canarios aprecian también los quesos lusos”, reconocía agradecida la artesana. Preguntada por cómo ha evolucionado la cita, ponía en valor la respuesta de los visitantes, teniendo en cuenta la delicada situación económica que sufren los consumidores, pero también el sector. “La subida de precios también nos asfixia a nosotros, a los ganaderos y agricultores, y las ayudas son cada vez más escasas”, lamentaba.  

A quesos como el Idiazábal del País Vasco les salieron claros competidores. Durante las dos jornadas, los canarios fueron de los más demandados. Tiernos, ahumados, curados de gofio, o con pimentón vinieron de todas las islas del Archipiélago de queserías como Felipa (Fuerteventura) o El Faro (Lanzarote), entre otras 24. Pero, sin duda, los que más se llevaron los asistentes, que salían cargados de bolsas de esta cita gastronómica pionera en Canarias, fueron los de Flor y Media Flor de Guía con Denominación de Origen. Así lo señala la presidenta de la Asociación de Queserías de Gran Canaria (ASOQUEGRAN), mientras reponía sus cámaras frigoríficas. “Son quesos elaborados con mucho mimo, con un sabor muy especial y una cremosidad que no consigue ningún otro y eso entusiasma”, indica. Mari Carmen Pérez, “una fija en esta Feria”, celebra que, un año más, “los canarios han demostrado su compromiso con el sector ayudándonos a alcanzar otro récord de ventas y dignificando el trabajo que cada día hacemos en los mercados de las Islas”. En este sentido, también se mostró sorprendida por la gran aceptación que nuestros quesos tienen entre los que nos visitan. “A los turistas les pirran, especialmente los más curados, y no se resisten a un buen queso duro”, comenta entre risas. 

Algunos de los asistentes optaron por degustar primero, en algunas de las catas organizadas, antes de comprar. Otros prefirieron consumir los quesos directamente en los puestos del gastromercado, que tampoco tuvieron respiro. Y otros, sólo guiados por el aroma que recorría el Mercado, se decidían a llevarse a casa algunas de las cuñas de queso que iban quedando en los stands. Y eso que los productores con experiencia previa llegaron a Santa María de Guía provistos de “un buen arsenal de reservas”, pero a “otros les pilló con el pie cambiado y se quedaron sin suministro en muy poco tiempo”, asegura el alcalde del municipio anfitrión, Pedro Rodríguez. 

El primer edil se mostró satisfecho con los números arrojados por esta Feria que, tal y como señala, “han reconocido el trabajo y el esfuerzo que hemos realizado desde la corporación para que la Feria siga jugando en la Liga de las estrellas de este tipo de eventos”. Además, insistía en la importante promoción exterior que supone para la isla y para los quesos de la Comarca que, tal y como recuerda, muchos cuentan con prestigiosos premios como los World Cheese Awards, siendo la región europea que atesora el mayor número de estas distinciones. “Hemos logrado colocar a Guía como la capital del queso en toda Europa, un municipio que ya es muy quesero y que cuenta con su propia Denominación de Origen Protegida”. Recordaba, además, que “se trata de un momento muy complicado para el sector, para el relevo generacional y para la mujer, que está al frente de la mayoría de nuestras queserías”. Así, insistía, eventos como estos ayudan “a garantizar su supervivencia con la venta directa”. Además, quiso agradecer la colaboración de las administraciones y entidades participantes, así como al resto de municipios del Norte de la isla. “Nuestros ganaderos no sólo han demostrado que tenemos un producto excelente, sino que generan dinamización en los entornos rurales, y para ello es fundamental el apoyo institucional”, señalaba. 

Un sol primaveral hizo las delicias de los asistentes y de los queseros que aterrizaron en Gran Canaria desde la Península. “No estamos acostumbrados a esta temperatura en esta época del año y es un gusto trabajar así e interactuar con el consumidor”, aseguraban entre corrillos algunos de los productores del País Vasco y Castilla y León. El clima acompañó, pero también la amplia oferta gastronómica que se ofreció en el Mercado y en la que se pudieron degustar vinos de la isla. La música no pudo faltar en estas dos jornadas de Feria y corrió a cargo de Derque Martín Trío, Haché Tamarindos, Parranda Avanti, Grupo Luz de Luna y Qué Chima. Por último, la oferta lúdica se completó con visitas guiadas al casco histórico a bordo de un minitren y la exposición “La Mudá: Trashumantes en Gran Canaria”, realizada por el Cabildo de Gran Canaria y que ensalzó la relevancia del patrimonio inmaterial que representa la actividad de la trashumancia en la isla. 

La Mancomunidad del Norte de Gran Canaria se incorporó en el año 2018 a la Asociación de la Ruta Europea del Queso, integrada por los municipios de Casar de Cáceres, Idiazabal, Villaluenga del Rosario, Fundao, Nisa, Mahón, y Ripoll, lo que le ha posibilitado contactar con otros territorios queseros de la península ibérica.