Miércoles, 17 Julio 2019 13:49

Orgullosos del español de Canarias

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17/7/2019.- “La variedad canaria que se habla en las islas ha mantenido su función de puente intercontinental”, así lo puso de manifiesto el catedrático de Filología de la Universidad de Henares, Florentino Paredes, en la segunda sesión de la VI edición del Campus de Etnografía y Folclore de la ULPGC que se celebra en Ingenio hasta el día 19 de julio. Tanto Paredes como el también catedrático canario de Filología y exdirector de la Academia Canaria de la Lengua, José Antonio Samper, pusieron de manifiesto en sus intervenciones la fortaleza del español de Canarias entre las variedades cultas del Estado, “empañada solo por el sentimiento de inferioridad que histórica y culturalmente ha dominado a los canarios a la hora de defender su manera de expresarse”, dijo Paredes.

“El canario no tiene nada que envidiar al resto de las variedades que se hablan en España. Canarias no es un área periférica, es centro de la expansión de la lengua hacia América, destacando por tanto su función de puente intercontinental de la que habló ya Manuel Alvar”, señaló el catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares. “Canarias es una continuidad lingüística del español de Sevilla”, añadió Paredes, quien admitió que la “la lengua posee un carácter variable y por eso evoluciona, aunque la estabilidad de la lengua se estandariza desde la convivencia de varias normas lingüísticas cultas aceptadas”. El estudioso se refirió asimismo a las normas sociodialectales en las que intervienen las creencias y peculiaridades de los hablantes de una determinada comunidad.

“No hay unanimidad entre los lingüistas sobre cuántas normas existen en España. Hay ocho grandes áreas del español, cinco en América y tres en España. La tres españolas se localizan en Castilla, Andalucía y Canarias, por eso es tan importante que los canarios se sientan orgullosos del tesoro de su habla que se resiste a desparecer en una comunidad con sólo dos millones de habitantes, frente a los 36 millones que practican el castellano peninsular y los más de ocho millones de área andaluza”.

En ese mismo sentido se manifestó el catedrático de la ULPGC, José Antonio Samper que, de una manera didáctica, expuso a los asistentes al campus cómo funciona y qué finalidad tiene la Academia Canaria de la Lengua de la que fue presidente entre 2015 y 2018. Tras remontarse a los orígenes de la misma en 1994 y su constitución oficial ya en 1999, puso en valor uno de sus preceptos primordiales: el rechazo y condena de todo dogmatismo intelectual “porque no existe ninguna modalidad idiomática superior o inferior a otras”, dijo Samper que, en la línea de Paredes, señaló que hay “que seguir trabajando por dignificar la variedad regional canaria, porque cuanto más se conozca más se valorará”.

“No confundamos lo canario con lo vulgar. El estereotipo que pesa sobre la variedad del habla canaria debe extinguirse”, sostuvo Samper, que reconoció que en los últimos años la Academia Canaria de la Lengua había sufrido recortes debido a la crisis económica que había afectado a distintas área de trabajo, como su política de publicaciones. Avanzó que en su seno se desarrollan dos comisiones, la lexicográfica y la de literatura. Habló de su buzón de consultas sobre el significado de algunos canarismos y su origen, entre otras muchas cuestiones. En 2018 la academia recibió 112 consultas, la gran mayoría de ellas formuladas por los ciudadanos y ciudadanas de la isla de Gran Canaria.

El catedrático se extendió en varias de las publicaciones lanzadas en estos 20 años de existencia de la Academia Canaria de la Lengua, como su ‘Diccionario básico de canarismos’ publicado en 2010 con casi cinco mil palabras, o su ‘Diccionario general de canarismos’, que recoge más de nueve mil vocablos, el manual ‘Dudas más frecuentes sobre el español de Canarias’, publicado en 2015 y 2017 con una segunda edición ampliada, o sus ‘Cuadernos de dialectología’, sus colecciones de documentación o las fichas denominadas ‘Archipiélago de las letras’.

Tanto Samper como Paredes fueron presentados por la que fuera alumna de ambos, Saray Cruz, filóloga de la ULPGC, en cuya introducción señaló que “la lengua es un sistema de comunicación, pero también herencia y tesoro de sus hablantes, a través de la que se transmite el patrimonio tanto tangible como intangible”.