Se adquirirá un total de 18.634 dosis que irán destinadas a la población mayor de 18 años con patologías de riesgo
La enfermedad puede presentar diferentes complicaciones según los nervios afectados, sobre todo en individuos inmunodeprimidos
El Consejo de Gobierno autorizó en su sesión de hoy jueves, 21 de octubre, la inversión de 2.631.493 euros para la contratación de un suministro de vacunas contra el herpes zóster, que se administrará en 2022 a la población mayor de 18 con condiciones de riesgo (trasplante de progenitores hematopoyéticos, trasplante de órgano sólido, tratamiento con fármacos anti-JAK, VIH, hemopatías malignas y tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia).
Según el informe del servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública, Canarias precisa un total de 18.634 dosis para atender la vacunación de este grupo poblacional que, a 141,22 euros de precio unitario, supondrá un gasto total de 2.631.493 euros.
El herpes zóster es una enfermedad provocada por una reactivación del virus latente varicela-zóster, que afecta a los nervios periféricos -neuropatía gangliorradicular- y a la piel, donde puede producir pequeñas ampollas dolorosas en forma de anillo agrupadas a lo largo de un dermatoma.
El herpes zóster puede presentar diferentes complicaciones según los nervios afectados, sobre todo en individuos inmunodeprimidos, entre los que cabe destacar parálisis motora o facial temporal, insuficiencia respiratoria e infecciones bacterianas secundarias.
La principal secuela que puede aparecer tras la desaparición de los signos cutáneos es la neuralgia postherpética (NPH), que consiste en una sensación dolorosa crónica en el dermatoma afectado y que puede durar desde varias semanas hasta años.
A pesar de que el herpes zóster presenta una baja mortalidad, sus complicaciones representan un importante problema de salud pública. Su incidencia es más elevada con la edad, presentando un punto de inflexión a los 50 años. Desde esta edad a los 85, uno de cada cinco hombres y una de cada cuatro mujeres la padecerá. Las personas con inmunosupresión y con enfermedades subyacentes tienen también un mayor riesgo de sufrir este problema.