- La cita es el día 8 de junio, a las 19:00 horas, en la sede galdosiana de la calle Cano, en la capital grancanaria, con entrada libre
- Rossi llega con su primera novela bajo el brazo, ‘Leche condensada’, cuya edición ha corrido a cargo de Sabina Urraca
Las Palmas de Gran Canaria, 6 de junio de 2023.- Aida González Rossi pertenece al grupo emergente de jóvenes voces literarias que reivindican una nueva manera de contar las cosas con una clara vocación archipielágica. La revelación de la nueva poesía canaria se estrena ahora como novelista con ‘Leche condensada’, publicado el pasado mes de febrero por la editorial ‘Caballo de Troya’. Acude al ciclo de charlas en la Casa-Museo Pérez Galdós, en la calle Cano de Las Palmas de Gran Canaria, el día 8 de junio, a las 19:00 horas. La entrada es libre, hasta completar aforo.
González Rossi cuenta, a pesar de su juventud, con una dilatada trayectoria poética. Licenciada en Periodismo, se acaba de lanzar ahora a la piscina de la literatura en prosa de la mano de la afamada Sabina Urraca, que se estrena también como editora de ‘Caballo de Troya’ con ‘Leche condensada’, una novela, que transita entre la poética y el desgarro para describir el paso de la infancia a la adolescencia. El resultado ha vuelto a sorprender a crítica y público, como ya hizo en su momento Andrea Abreu y su exitosa ‘Panza de burro’, también editada por Urraca.
La novela de Rossi sorprende con un lenguaje visceral y hasta ‘salvaje’, en cierto modo, del que la escritora parte para, según ella misma explica, “tirar de ese hilo nos puede llevar a toparnos con todo un paisaje emocional de lo no dicho, de lo no compartido, de lo que vivimos sin pensarlo jamás como historia y, sin embargo, contiene todo lo que le pedimos a una historia. Sólo que no sabemos armarla. Y tenemos, por ello, la suerte de tener que inventar cómo. Esto tiene que ver, para mí, con las narrativas de lo infantil y lo adolescente, de lo marginal, de lo escandaloso, de lo cándido, de lo cursi, de lo violentado, de lo corporal, de lo deseante, de lo disidente, de lo otro, de lo ocupado de otras formas, de lo que no sabe cómo ni cuánto se desborda”, trata de explicar la joven poeta y periodista.
“Quiero ahondar un poco en el porqué de lo escatológico y lo corporal en ciertas narrativas escritas por autoras jóvenes, en todo el entramado de autoexploración que hay tras ello y en cómo se convierte en una puerta de entrada para llegar a nuevas formas en la escritura. Quiero recorrer la distancia que hay entre la escatología y la imagen poética, y toparme con que es muy poca”, ahonda la autora.
Angustia milenial
“No, no creo en la angustia milenial”, afirma rotunda Rossi. “Creo en los problemas a los que nos enfrentamos, en su particularidad, en su dureza y en la incertidumbre que generan, y creo en la desatención a la salud mental que vivimos durante mucho tiempo. Pero también creo en nuestros feminismos, en nuestras sólidas y responsables redes de afectos, en nuestra escritura que quiere representar lo no representado, en nuestra ternura, en nuestra sororidad, en nuestra ironía… “.
La convivencia de los jóvenes con las redes sociales y sus peligros es otro de los debates en los que se sumerge González Rossi sin tapujos. “Yo crecí en el Internet del ‘shitposting’, del ‘oversharing’ narrativo (es decir, contarlo todo por la historia, no tanto por la imagen), de chatear con gente sin nombre, de conocer más las voces virtuales de mis amigas que sus voces físicas… Sé que puede sonar a contradicción, pero esto me hace replegarme cada vez más, tener cada vez más pudor al exponer cosas de mi vida, y creo que viene de sentir que ahora miramos de forma distinta.
La escritora se pregunta cómo es posible haber estado tan inmersa en las redes en su memoria emocional “y usarlas tan poco y tan mal ahora mismo. Creo, de todas formas, que las redes sociales nos atraviesan y la idea de que una pueda dejarse absorber o no por ellas implica una capacidad de apagar y encender que no funciona así realmente. Quizá la ‘receta’, si puede llamarse así, viene por ahí: comprender que las personas de las redes somos las personas reales, no una versión de goma de nosotras”, reflexiona la joven escritora.
Las nuevas generaciones demandan nuevas fórmulas de expresión y creación artística. Quizá por ello, González Rossi se confiesa defensora de la literatura digital. “A mí me interesa mucho la literatura que es creada en y para internet. Siempre insisto en lo valioso de haber leído y escrito tantos ‘fanfics’ cuando éramos adolescentes, aunque o precisamente porque pensáramos que no estábamos leyendo o escribiendo literatura. La literatura no es una sola cosa, no reside en un solo lugar, y las formas que toma cuando se escapa de los espacios que se le presuponen es también muy hermosa. No creo que la literatura llegue a consumirse solo a través de redes digitales, o al menos no como nos imaginamos a veces. De hecho, siento que esa literatura en y para internet pierde cada vez más espacios”.
Trayectoria de Aida G. Rossi
Aida González Rossi (Santa Cruz de Tenerife, 1995) estudió Periodismo y un máster universitario en Estudios de Género y Políticas de Igualdad en la Universidad de La Laguna. Ha sido presentadora del espacio audiovisual sobre poesía joven canaria ‘Hecho de aire’ de la Biblioteca de Canarias. Ha colaborado en proyectos de difusión cultural, por ejemplo, ‘Mujeres Canarias’, de ‘Alegando Magazine’, y ha participado en numerosos encuentros y actividades literarias.
Ha publicado poemas en revistas, webs y fanzines, y aparece en las antologías ‘Liberoamericanas: 140 poetas contemporáneas’ (Libero Editorial, 2018), ‘Mi casa el mar’ (NACE, 2020) y ‘La casa del poeta’ (Trampa Ediciones, 2021) y en la selección ‘#PoetaZetas’ del Instituto Cervantes. En 2017, su cuento ‘Casas, desiertos o bosques’ resultó ganador del XX Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve de la ULL.
También ha publicado ‘Deseo y la tierra’ (Cartonera Island, 2018) y ‘Pueblo yo’ (Libero Editorial, 2020). En febrero de 2023 presentó su primera novela, ‘Leche condensada’, de la mano de la editorial Caballo de Troya, bajo la supervisión de Sabina Urraca, editora de revelaciones como ‘Panza de burro’, de la también tinerfeña Andrea Abreu.