Jueves, 08 Abril 2021 15:45

El proyecto ‘La mirada pasajera’ se sumerge en la deconstrucción de la visión extranjera de la isla y del primigenio concepto que la sociedad tenía de su identidad

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  • La iniciativa colectiva que lidera el cineasta Miguel G. Morales ocupa hasta final de mes una sala de Gran Canaria Espacio Digital, planteando cinco investigaciones interrelacionadas en un proceso de inmersión en fondos fílmicos y fotográficos, que ha ido creando un relato sesgado de Gran Canaria

 

Las Palmas de Gran Canaria, 8 de abril de 2021.- Gran Canaria Espacio Digital se adentra en el proyecto colectivo ‘La mirada pasajera’ en los procesos de investigación artística basados en archivos fílmicos y fotográficos. Impulsado por el cineasta Miguel G. Morales, de quien parte la idea original de este singular proyecto, la artista visual Teresa Correa, la arquitecta Noemí Tejera, el poeta Oswaldo Guerra, la diseñadora Paula Díaz López, el músico José A. Fajardo, la diseñadora gráfica Noelia Varietti y el artista Acaymo S. Cuesta, la iniciativa citada se sumerge en la deconstrucción de la mirada extranjera y el imaginario primero que la sociedad de Gran Canaria tenía de su identidad, con el Puerto de la Luz como catalizador de modernidad y entrada de ojos/cámara hacia la isla.

‘La mirada pasajera’ es uno de los proyectos culturales que obtuvo subvención en la convocatoria impulsada en el año 2020 por Gran Canaria Espacio Digital, y cuenta con la colaboración de El Museo Canario y la FEDAC del Cabildo de Gran Canaria.

La consejera de Cultura, Guacimara Medina, agradeció “la experimentación fronteriza de este proyecto que indaga en la memoria de la isla y las miradas que siguen estando presentes permanentemente y que nos han ayudado a componer nuestro imaginario colectivo como comunidad. Esta es una iniciativa que proyecta futuro desde el pasado, porque la cultura no es solo exhibición a través de propuestas emergentes, sino reflexión e indagación”, dijo Medina.

Por su parte, Miguel G. Morales, subrayó la confluencia de miradas y propósitos heterogéneos que se cruzan en ‘La mirada pasajera’, y sugirió al público “no tratar de interpretar las imágenes, sino mirarlas con detenimiento hasta que de ellas brote la luz”. “Este trabajo busca excavar en el celuloide para hallar el instante azaroso del destino, un devenir en la mirada exorcizada del camarógrafo, intentando traspasar el espejo y encontrar la realidad de la isla no fijada en el relato oficial”, advirtió el cineasta.

Imágenes que impactan

A través de ‘Huacal’, una video instalación a dos pantallas, el foto-libro denominado ‘Grand Types’ y tres charlas visuales llamadas ‘La Canary Woman, un terreno abrupto…’, ‘Pasaje de borde’ y ‘Mirones de libreta y carrete’, el proyecto plantea cinco investigaciones interrelacionadas en un proceso de inmersión en los fondos fílmicos, literarios y fotográficos que ha ido creando un relato sesgado de Gran Canaria, a partir de las primeras miradas pasajeras de aquel diálogo entre realidad y ficción que se ha fijado en la retina de muchas generaciones de canarios y canarias. Por ello, los miembros de este ensayo artístico se preguntan si en realidad la cámara del viajero o el inmigrante detectó la realidad de una sociedad que estaba viviendo épocas de aislamiento y pobreza.

Por ello, la instalación ‘Huacal’, de Miguel G. Morales que se exhibe en Gran Canaria Espacio Digital, que cuenta con diseño sonoro del músico José Antonio Fajardo y colaboración del artista Acaymo S. Cuesta, se plantea como una investigación artística en forma de video instalación creada a partir de archivos fotográficos, en blanco y negro, que abarcan la segunda mitad del siglo XIX y llegan a los cincuenta del siglo XX, y otros materiales fílmicos en color, de los años cuarenta y cincuenta del siglo XX extraídos de los fondos de Gran Canaria Espacio Digital, FEDAC, Filmoteca Canaria y El Museo Canario.

Morales, que trabaja actualmente en ‘Salvaje es el viento’, un largometraje de ficción y ‘La vida lenta’, un cortometraje de no-ficción, sitúa su trabajo en la periferia de la no-ficción con un fuerte carácter investigador y ensayístico. En los últimos años su inmersión en el trabajo con ‘found footage’ o metraje encontrado ha profundizado sus búsquedas en la descontextualización de los mismos, el uso de archivo personal como elemento narrativo y la depuración de significados de las imágenes. Aparte de sus trabajos cinematográficos, ha propuesto varias video creaciones, instalaciones, colaboraciones con artistas y ha diseñado el ámbito audiovisual de algunas exposiciones.

El foto-libro vinculado al proyecto, ‘Grand Types’, ha sido desarrollado por Paula Díaz López, quien explora desde una perspectiva multidisciplinar la intersección entre vestimenta, identidad, cultura y migración, planteado un dialogo de la historia de la vestimenta canaria, la exhibición de riqueza a través de la misma y la afiliación de clase como potente herramienta para significar la propia cultura y estructurar relaciones sociales, así como reforzar las diferencias de clase.

La publicación incorpora también las investigaciones ‘La Canary Woman, un terreno abrupto’ de la artista visual y fotógrafa Teresa Correa, ‘Pasaje de borde’ de la arquitecta Noemí Tejera y ‘Mirones de libreta y carrete’, del escritor y poeta Oswaldo Guerra. Estas investigaciones incorporan también las imágenes que conforman sus búsquedas que han dialogado durante todo el proceso en un grupo de trabajo coordinado por Miguel G. Morales.

Teresa Correa explica que entiende la isla como “un acontecimiento que está sucediendo”, lo que le permite desplazarme como “viaje de ida y vuelta del pasado al presente y cuestionar las imágenes que constituyen nuestro imaginario isleño. El punto de partida en mi investigación dentro del proyecto ‘La Mirada Pasajera’ es investigar cómo se ha representado a la mujer isleña a partir de esas primeras miradas de los fotógrafos extranjeros que llegaron a las Islas a mediados del siglo XIX. La construcción de la ‘canary woman’, o el confinamiento de la mujer isleña a los límites de una tarjeta postal para consumo turístico del gusto por lo “exótico” europeo, me ha llevado a preguntarme sobre la evolución de esta imagen que durante décadas se exportó como producto local al igual que los plátanos, y su repercusión en mi propio imaginario como mujer isleña”, señala la fotógrafa Teresa Correa.

Por su parte, la arquitecta Noemí Tejera, en su investigación ‘Pasaje de borde’ plantea el estudio de los usos y las formas de habitar el borde litoral de Las Palmas de Gran Canaria, desde finales del siglo XIX hasta 1940, dando valor a lo cotidiano como acontecimiento. “A través de archivos fotográficos, vuelos aéreos, cartografías y guías de viaje, pongo el acento en la rasa litoral, el espacio entre mareas de tránsito tierra adentro y mar afuera, tras todo aquello que emerge transitoriamente”, subraya Tejera. “Asimismo, planteamos la influencia que tiene la condición portuaria (y las aportaciones culturales de los que llegan a la isla y aportan su mirada en tránsito) en la forma en la que los residentes hacen uso (o se apropian) del territorio”, dice la arquitecta.

‘Mirones de libreta y carrete’, la aportación de Oswaldo Guerra, poeta, profesor y ensayista, es un acercamiento a la mirada externa de algunos escritores y fotógrafos europeos y americanos sobre la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria entre las décadas de 1920 y 1930.

‘La mirada pasajera’ contempla el día 22 de abril la celebración en Gran Canaria Espacio Digital de una charla y la presentación del foto-libro, así como el desarrollo de un mini concierto de José Antonio Fajardo, quien realiza un folk rock alternativo con una sólida base rítmica y letras encriptadas que abordan el miedo, la frustración y el desengaño con una poesía rocosa, gris, como su Fuerteventura natal. Uno de los rasgos que caracterizan su sonido es la voz, forzada hasta el límite, desgarrada, los acordes de guitarra, en algunos casos mucho más complejos de los habituales en el rock con un carácter muy personal.